HAGAMOS LA DIFERENCIA

Única profesión que crea otras profesiones

|

El 25 de junio se celebra en Guatemala el Día del Maestro, un día adecuado para reflexionar sobre el papel del profesor en la sociedad. Ese día varias meditaciones afloraron en las distintas comunicaciones en las redes sociales, muchas llamaron mi atención. Una que me impactó indicaba que “la profesión de maestro es la única que crea otras profesiones”, y obviamente es cierto, puesto que todo tipo de instrucción necesita un maestro. Como decía otro mensaje, “si usted está leyendo esto es porque detrás de usted existió un profesor que le enseñó a hacerlo”. Y es que la Educación es uno de los trabajos más nobles que existen, como dijo el Dr. Jorge Iván Echeverría, decano de la Facultad de Ciencia, Tecnología e Industria de la Universidad Galileo a sus docentes en este día especial: “El crecimiento de nuestro alumnos es nuestro objetivo, y nuestro premio será verlos avanzar sin límites.

' Si usted está leyendo esto, es porque detrás de usted existió un profesor que le enseñó a hacerlo.

Samuel Reyes

El maestro abre la mente de sus alumnos o le pone límites. Asegurémonos de impulsar la curiosidad, la creatividad y la iniciativa; el impacto se verá en el desarrollo de nuestra sociedad”. Como expresó Rubem Alves, teólogo, educador, traductor y escritor brasileño: “Enseñar es un ejercicio de inmortalidad. De alguna forma continuamos viviendo en aquellos cuyos ojos aprendieron a ver el mundo a través de la magia de nuestra palabra. El maestro, pues, no muere jamás”. Para el Dr. Eduardo Suger, indiscutible referente en la educación nacional e internacional, “educar es cambiar visiones y transformar vidas”. Una de sus frases preferidas dirigidas a quienes desean estudiar es la siguiente: “Queremos que persigas tu pasión, que te brinde la oportunidad de descubrir, crear, cambiar, hacer posible lo imposible y que puedas ir más allá, donde muchos no lo han hecho”. Otra máxima del Día del Maestro escrita por un amigo decía: “Un buen maestro es como una vela, se consume a sí mismo para alumbrar el camino de otros. Ser maestro es una de las profesiones más enriquecedoras, porque además de compartir conocimientos, siembran semillas de inspiración, así como deseo por aprender y crecer para ser y dar lo mejor”. Educar a una persona no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía. Esta profesión, sin embargo, se ha desvalorizado y quedaron atrás los tiempos en que los alumnos respetaban a los maestros. Liderazgos mal enfocados como el de Joviel Acevedo en el magisterio macional, la escasa planificación de la educación y la poca contribución del Estado al sistema, entre muchas otras, han contribuido al deterioro de la imagen del maestro. Ante el vacío, la iniciativa privada encontró el espacio adecuado para ofertar la educación en este país a la que lamentablemente no todos tienen acceso. Los padres, los primeros educadores en el hogar, están olvidando inculcar en sus hijos el respeto a su prójimo y a sus mayores, sobre todo a sus profesores. Entretenimientos digitales, sobre todo el teléfono celular, absorben la atención del individuo haciéndolo olvidarse de su entorno. Es importante que emulemos a países como Finlandia, Japón, Corea del Sur, donde el profesor es una persona valorada, digna de todo respeto, no solo en lo personal sino también en lo económico. Y aunque en nuestro ámbito parezca cursi, debemos regresar a los tiempos en los que cuando el profesor ingrese al aula, la atención y el respeto del alumno a su mentor debe expresarse en todo el sentido de la palabra, pues el educador merece honra, atención y respeto, y que estos sentimientos, no afloren solo el Día del Maestro. Sociedades que dan su lugar al maestro son las que permanecen fortalecidas en el espacio y el tiempo. Con este artículo quiero rendir tributo a mi madre, Nineth Gómez de Reyes, y a mi hermano, Miguel Angel Reyes, educadores por vocación y por profesión, que al morir hace algunos años nos legaron a los que convivimos a su alrededor el verdadero sentido de la educación.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.

ARCHIVADO EN: