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Tener cifras actuales y públicas es clave para el sistema de salud pública

El acceso a la información oportuna es fundamental para la toma de decisiones en cualquier ámbito, pero especialmente en el tema de salud.

esbin garcía La pandemia de covid-19 evidenció la importancia del buen manejo de datos para la toma de decisiones correctas.

esbin garcía La pandemia de covid-19 evidenció la importancia del buen manejo de datos para la toma de decisiones correctas.

Casos positivos de covid-19. Número de muertes atribuidas a la enfermedad. Número de pruebas analizadas. Eficacia de vacunas. Tasas de transmisión. Número de vacunados. Estos y muchos otros enunciados se han vuelto parte de nuestro día a día, especialmente desde el inicio de la pandemia por Sars-CoV-2.

Escuchamos sobre datos y estadísticas en las noticias, redes sociales, correos electrónicos e interacciones personales. Los “datos” son foco de crítica y sirven como evidencia y fundamento para decisiones relacionadas con el manejo de la pandemia.

Es común mencionarlos en conversaciones casuales, pero pocas veces se conoce de dónde vienen, o aún más importante, su análisis e interpretación muchas veces es superficial, especialmente para el caso de Guatemala.

Un dato, por definición, es “información sobre algo concreto que permite su conocimiento exacto o sirve para deducir las consecuencias derivadas de un hecho” (RAE, 2021). Es muy común encontrarnos con datos cuantitativos: valores, números, cuentas, etcétera. Estos datos, sin información que les agregue significado, son solo números. Al combinarlos con información adicional podemos también interpretarlos y así llegar a una acción, aunque su verdadero valor es cuestionable si esa información es incompleta o sesgada, intencionalmente o no.

Recientemente ha tenido mucho auge el uso de datos para crear modelos matemáticos y estadísticos que permitan ayudar en la toma de decisiones.

Sin embargo, no se ha tomado en cuenta que los modelos no pueden llenar el vacío ocasionado por la falta de información y no son capaces de generar conclusiones acertadas de manera mágica.

Los modelos nos permiten reproducir de forma simplificada un fenómeno del mundo real para estudiarlo y llegar a alguna conclusión sobre la realidad, pero el valor de su aplicación depende de la información que se use para alimentarlo.

En la era del covid-19, los modelos matemáticos se han utilizado para predecir el incremento en el número de casos positivos y la fecha de las próximas “olas”.

Esta información es importante para estudiar el uso y saturación de los servicios de salud y también para guiar la priorización y distribución de vacunas a nivel mundial. Los datos utilizados para alimentar los modelos vienen de lo que sucede en el mundo real. Sin embargo, los modelos también deben retroalimentar al mundo real para considerarse útiles y así completar un ciclo.

El acceso a la información oportuna es fundamental para la toma de decisiones en cualquier ámbito, pero especialmente en el tema de salud.

Los médicos pueden diagnosticar una enfermedad tomando en cuenta los datos disponibles: signos, síntomas, resultados de laboratorio y pruebas adicionales. De la misma manera, las autoridades de un país deben tomar las decisiones para formular sus políticas con base en la evidencia disponible generada a través de los datos en diferentes ámbitos, especialmente en salud, incluyendo su uso en modelos matemáticos

En noviembre de 2020, el Centro de Estudios en Salud (CES) de la UVG, en coordinación con la oficina regional de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC-CAR), inició el proyecto “Red de modelos de covid-19 y otras enfermedades infecciosas en Centroamérica: Utilizando datos regionales para responder a necesidades locales”. Su objetivo principal es promover la formación y funcionamiento de una red regional de investigadores, estrategas y personal clave que busca compartir competencias y aplicar modelos matemáticos y estadísticos de enfermedades infecciosas que puedan responder a las necesidades locales, especialmente en el marco de la emergencia del covid-19.

En el establecimiento de esta red hemos conocido a profesionales de diferentes países de la región centroamericana que tienen el interés y la disposición para analizar los datos que existen a nivel nacional para generar recomendaciones que guíen la toma de decisiones en salud pública.

En las reuniones de la red, los profesionales han coincidido en que hay dos problemas comunes: la falta de acceso a datos abiertos y de calidad para poder analizarlos, y el establecimiento de un vínculo con las autoridades para que los análisis puedan ligarse a acciones concretas.

Sabemos que existen datos generados a nivel nacional, pero también hay muchas dificultades para poder tener acceso a ellos y analizarlos de manera oportuna. Es esencial tener un acceso abierto a los datos y que estos se encuentren en formatos que permitan su análisis para entender la situación real de salud, especialmente relacionada con la pandemia en Guatemala.

El acceso a datos abiertos y a datos y estadísticas generados por estudios permite contribuir a la búsqueda de soluciones a las crisis por las que atraviesa el país. Además, es fundamental para la toma de decisiones acertadas en salud pública, así como para ejecutar programas de atención.

Monitorear, evaluar y analizar estos datos puede ser un trabajo abordado a través de esfuerzos colaborativos por diferentes sectores de la población, pero es importante también establecer conductos para que los tomadores de decisión puedan usarlos para lograr un beneficio en la salud de los guatemaltecos. Conocer el estado de salud de una población nos permite definir políticas públicas, lineamientos y acciones concretas a seguir para mantener y mejorar la salud de un país.

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Investigadora del Centro de Estudios en Salud de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG)