Los empresarios debemos asumir el compromiso de tomar acciones en favor del medioambiente.

Los problemas ambientales en Guatemala son evidentes y urgentes. La deforestación, el mal manejo de los residuos sólidos y la contaminación hídrica son procesos continuos de degradación que pronto podrían ser irreversibles. Hemos estado hablando de temas ambientales durante décadas y no se han logrado resultados ni avances reales. La legislación nacional en materia ambiental es muy dispersa y está claro que es necesario actualizarla. Se deben crear entidades comprometidas técnicas y científicas que permitan tomar acciones y decisiones. Generando una política medioambiental nacional de largo plazo.

El caso del Lago de Amatitlán es una muestra de nuestra falta de acción como sociedad y una prueba clara de nuestra falta de compromiso. En tan solo 50 años convertimos un lago de aguas cristalinas, donde florecía y se multiplicaba la vida, en un desagüe fluorescente, que arrastra muerte para los seres que conviven con él.

Es momento de reflexionar, muy pronto tendremos la contaminación tan extendida en el país que afectará negativamente nuestra salud y la de nuestras familias. Así que invito a todas las empresas, grandes y pequeñas, a que actúen hoy mismo.

Hay que generar un cambio de actitud, dejando de ser complacientes y siendo más activos. Iniciar con un compromiso, puede ser una vez al año, una vez al mes; lo importante es iniciar a pensar y planear cambios en procesos, en productos o en servicios, aumentando la conciencia ambiental y reduciendo o eliminando los desperdicios tóxicos.

Iniciemos con una lista sencilla de cosas que podríamos cambiar a nuestro alrededor, comenzando con pequeños pasos. Necesitamos comprender que cuando se fabrica o comercializa un producto, no importando cuál sea, siempre existen empaques o desperdicios que pueden llegar a colocar materiales tóxicos en la tierra o en las afluentes de agua. Estos desechos o productos permanecen en la tierra y regresan a las personas a través del aire, el agua o la cadena alimenticia.

Este compromiso ambiental no se debe considerar un costo adicional, porque es una excelente oportunidad para desarrollar nuevos procesos, productos o servicios. El mercado de clientes que busca productos ambientalmente responsables ha crecido sostenidamente en los últimos 10 años y es una oportunidad real de innovar para pequeñas y medianas empresas: empaques biodegradables, reciclaje de productos, producción de energía, producción de materias primas, agricultura e incluso turismo sostenible ambientalmente.

En Pacto Global, una iniciativa de Naciones Unidas, coincidimos empresas pequeñas, medianas y grandes, así como organizaciones educativas y no lucrativas. Es un foro para compartir experiencias que nos permiten aprender de otros empresarios y emprendedores con quienes compartimos 10 principios básicos, entre los cuales destacan tres que nos comprometen a la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático.

A nivel mundial existen miles de casos exitosos de mejoras implementadas en prácticas medioambientales para todas las industrias, algunos muy sencillos que no requieren más que un cambio de actitud y un poco de tiempo de investigación para implementarse.

Me despido recordando que no hay tiempo que perder esperando a que otro resuelva el problema, cuando es nuestra propia responsabilidad y el momento de actuar es ahora, antes de que sea demasiado tarde.

*Miembro del Consejo Directivo de Pacto Global Red Guatemala