La nueva especie “nunca antes vista por la ciencia” fue dada a conocer en el número más reciente de la revista científica neozelandesa Zootaxa, divulgada este mes de mayo, donde se advierte que, pese a haber sido descubierta ahora, la salamandra “se encuentra en grave peligro de extinción (…) pues el bosque nuboso donde habita esta especie ha sufrido una severa destrucción de hábitat en la región”.
Los estudiantes, de la Universidad del Valle de Guatemala, hallaron por primera vez los ejemplares en 2018 en una “montaña inexplorada”, como parte del curso Evaluación Ecológica, con la coordinación de Ariano-Sánchez, investigador del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad y catedrático del Departamento de Biología de la misma casa de estudios.
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Dicha montaña se encuentra en el municipio de San Cristóbal Verapaz, del departamento de Alta Verapaz, unos 120 kilómetros al norte de la Ciudad de Guatemala.
El nombre científico de la salamandra es “Bolitoglossa qeqom”, “pues ‘qeqom’ proviene del vocablo q’eqom del idioma maya poqomchi’ (que se habla en la región donde se encontró la especie) y significa obscuro, en alusión a su color negro azulado profundo y a la oscuridad del bosque prístino donde se encontró esta especie”, según la publicación.
Ariano-Sánchez detalló a Efe que la evidencia cuenta con “datos morfológicos, moleculares y biogeográficos”, en una región compuesta por una “cresta montañosa de bosque nuboso en la cual no se han realizado estudios herpetológicos previos, cercana al cañón del río Chixoy”, en el norte de Guatemala.
El artículo en la revista fue dedicado por los estudiantes a la memoria de las personas fallecidas a causa del deslave en la aldea Quejá, del municipio de San Cristóbal Verapaz, ocasionado por el huracán Eta en noviembre pasado, un sitio aledaño al lugar donde se descubrió la salamandra.
La salamandra descubierta tiene un color uniforme negro púrpura y se distingue por sus patas “relativamente largas”, además de tener “numerosos dientes maxilares y una cola relativamente corta”, entre otras características, de acuerdo a la investigación.
Ariano-Sánchez aseguró a Efe que únicamente hubo dos ejemplares “eutanasiados”, un hecho “que revista especial importancia en discusiones éticas”, ya que “no es necesario eutanasiar una gran cantidad de ejemplares para describir una nueva especie de vertebrado, especialmente en especies críticamente amenazadas”.
Guatemala cuenta con alrededor de dos mil 300 especies de flora y fauna en peligro de extinción y es considerada como una de las naciones más biodiversas del mundo, pero según expertos corre peligro de perder su riqueza natural en los próximos diez años.