En la década de 1940, un grupo de técnicos y profesionales graduados en el extranjero, dedicados a planificar y construir edificios y viviendas, constituyeron la asociación Centro de Arquitectos, alrededor de la empresa Las Quebradas, del arquitecto Alberto Novella. Una década más tarde, otros combinaron su trabajo particular con el institucional, como los arquitectos Jorge Mario Mencos, en la Dirección General de Obras Públicas, y Pelayo Llarena Murúa, en la Municipalidad de Guatemala. Cuando los arquitectos Raúl Minondo Herrera y Roberto Irigoyen, y el ingeniero Édgar Lange regresaron, se dedicaron al libre ejercicio de la profesión.

A mediados de 1952 coincidieron de vuelta a Guatemala Roberto Aycinena Echeverría, Carlos Haeussler Uribio y Jorge Montes Córdova, después de cursar estudios de Arquitectura en México, los dos primeros, y en EE. UU., el tercero. Durante sus años en México estrecharon una perdurable amistad y lucubraron sobre la posibilidad de crear una facultad de Arquitectura en Guatemala.

El 26 de abril de 1963, con base en la Ley de Colegiación Obligatoria establecida en la Constitución, 26 de esos arquitectos crearon el Colegio de Arquitectos de Guatemala. Fueron ellos: Enrique Riera Isern, Carlos Asensio Wunderlich, Frank Robinson, Gustavo Anzueto, Max Holzheu, Alberto Novella, Carlos Haeussler, Roberto Weller Prado, Roberto Aycinena Echeverría, Pelayo Llarena Murúa, Marco Vinicio Asturias, Jorge Molina Sinibaldi, Amir Eduardo Espat Sabala, Roberto Ogarrio, Jorge Mario Mencos, Jorge Montes Córdoba, Juan Ronald Lehnhoff, Jorge Passarelli, Roberto Hoegg, Henry William Carrol, Raúl Minondo Herrera, Francisco Ferrús Roig, Ricardo Marroquín Arrechea, Antonio Sandoval-Martínez Urrutia, Roberto Irigoyen Arzú y Luis Felipe Valenzuela Serrano. El No. 1 de colegiado correspondió a Enrique Riera, y el primer presidente fue Carlos Asensio Wunderlich.

Algunos de ellos participaron en la organización del Departamento de Arquitectura en la Facultad de Ingeniería (1953, Usac) y formaron la Sociedad de Arquitectos, con miembros invitados. Ese departamento fue esencial precedente para la creación de la primera Facultad de Arquitectura en Centroamérica, hecho que tuvo lugar el 7 de septiembre de 1958. Entre tanto, el Colegio de Ingenieros acogió a los arquitectos, dándoles el aval legal para ejercer la profesión.

Del acta constitutiva del Colegio extraigo los siguientes considerandos que ilustran los anhelos de sus fundadores: 1. Los arquitectos de Guatemala consideraron que la Arquitectura debía ser divulgada conforme los últimos adelantos de la técnica arquitectónica, haciendo consciencia de su auténtico significado como ciencia y arte; 2. Que para garantía ciudadana era preciso normar la ética en esta profesión, implantando reglas justas y férrea disciplina para superar la profesión; 3. Que ante la ausencia de fuerza legal, el empirismo ha copado la práctica de la Arquitectura, provocando graves perjuicios en las modernas ciudades; 4. Que la Arquitectura debe ser practicada solo por personas entrenadas y diplomadas en la materia, quienes, de acuerdo a la ley, están calificadas para ejercer la profesión.

El primer graduado de la facultad fue Hermes Marroquín Campos, a quien el 4 de enero de 1965 le correspondió el colegiado No. 4. Actualmente trabajamos en una publicación sobre la historia de ese hecho y en la preparación de un video ilustrativo del entorno en que ocurrió, y serán presentados en acto especial.

El lunes 26 de abril, celebrando el quincuagésimo octavo aniversario de fundación de nuestro colegio profesional, la junta directiva 2020-22 recordó a los 26 fundadores y a los primeros cien colegiados. El No. 100 correspondió a Juan José Rodríguez de Paz, inscrito el 1 de enero de 1970.