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Sin embargo, según la experta en técnicas de relajación alemana Sandra Gärttner, las cosas pueden ser algo distintas si se adoptan rutinas inteligentes para las mañanas que pueden ayudar a entrar bien al día.
Para esto es muy importante elegir bien las tareas. Es decir, solo hay que hacer aquellas cosas que le deparan a uno cierta alegría.
En estos casos solo sirve ir probando para determinar qué rutinas mañaneras funcionan a largo plazo para prepararse lo mejor posible para el nuevo día.
Estas rutinas también se pueden ir alternando: una mañana esto, otra mañana aquello.
Ritos que van desde el deporte hasta la lectura
La variedad de ritos es grande. Según la experta, estas actividades demostraron ser de ayuda: ejercicios a la mañana, ya sean de movilidad, elongación o fuerza. Una ducha fría. Meditación. O planificar el día e invertir un rato en pensar lo que hay por delante.
Otras opciones pueden ser un desayuno rico o leer algunas páginas de un libro.
“La rutina de la mañana no tiene por qué demandar horas. Por lo general basta con diez minutos“, explica Gärttner. La duración de esta rutina y cómo transcurre la mañana depende de cuánto tiempo se dispone para llevar estos rituales a cabo.
No es un objetivo por si solo
Es decisivo tener el objetivo de la rutina mañanera en mente ya que, según Gärttner, no es un fin en sí misma, sino que tiene más bien como fin brindarle más motivación y estructura al día a día, así como ayudar a combatir el estrés.
Quien se decide por llevar adelante un rito, también hará bien en cuidarlo: “Pocas personas se toman realmente el tiempo de incorporar determinadas costumbres al día a día y practicarlas de forma constante a través de los meses o los años”, opina Gärttner.
En su opinión, esta podría ser una clave para el éxito: se es el resultado de aquello que se hace todo el tiempo. Afirma que personalidad, aspecto, comportamiento e incluso el éxito son el resultado de decisiones y actos cotidianos.