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El motivo para apartar la carne esos días es porque ella representa el cuerpo crucificado de Jesús. Anteriormente, la carne era un bien escaso, de alto valor y por tanto estaba reservado para banquetes, así que prescindir de su consumo va en sintonía con el recogimiento y la solemnidad de esta época.
Viernes Santo
Este día recuerda la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret y los fieles practican la reflexión, la penitencia, dentro de lo cual la Iglesia invita a que los católicos no coman carne.
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Viernes de vigilia
Ocurre cada viernes de Cuaresma hasta justamente el Viernes Santo. Aquí debe haber abstinencia como un signo de preparación para la muerte de Jesús.
Miércoles de Ceniza
Es el día 1 de la Cuaresma y como tal un periodo para el arrepentimiento, penitencia y comunión con la fe católica. De allí que el derecho canónigo aboga por que sea un día de ayuno, de la mano de la reflexión sobre lo que se tiene y no se valora.
Asociado al sentimiento de humildad para la Cuaresma, en 2018, el papa Francisco reflexionó sobre el ayuno como fortaleza del espíritu del creyente.
El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre. El ayuno no es comer los platos de la Cuaresma. ¡Esos platos hacen un banquete! Ayunar no es cambiar los platos o hacer el pescado más sabroso, eso sería continuar el carnaval. Nuestro ayuno tiene que ser verdadero. Y si no puedo hacer un ayuno total (no consumir ningún alimento), ese que nos hace sentir hambre hasta los huesos, al menos hay que hacer un ayuno humilde, pero verdadero”.