Hoy, casi un año después de oficializare el primer caso por el covid-19 en Guatemala, muchas cosas han cambiado; entre ellas, las dinámicas laborales y, en consecuencia, cómo los empleadores y trabajadores las han sobrellevado.
Actualmente muchas personas empiezan un formato híbrido en el desempeño para sus labores, lo que quiere decir que trabajarán un porcentaje del tiempo de manera presencial en los establecimientos, y el otro desde casa.
“El covid vino a renovar las maneras de organización laboral”, explica el psicólogo industrial Flavio Núñez quien apunta que los nuevos cambios como el sistema híbrido han suscitado un reto para empleadores y empleados.
A consideración de la psicóloga clínica Mireya de Arroyave, en general todos los cambios que surgen pueden detonar miedo o preocupaciones en las personas, ya que se trata de nuevos escenarios a enfrentar.
De Arroyave apunta que muchas de las nuevas dinámicas, y en este caso relacionadas al regreso a trabajo de manera híbrida, suponen un reto ya que presentan una modificación en la logística a la que muchos se acostumbraron el año pasado, durante el trabajo remoto.
Ante esta situación es común que surjan dudas como: “¿Quién cuidará a los niños ahora que ya no esté en casa, cómo iré a rendir, cuánto tiempo duraré en el tráfico?”, entre otras. No obstante, es necesario prestar atención a estas reacciones, ya que pueden decantar en episodios de ansiedad.
“Es importante reconocer que cualquier cambio puede causar ansiedad, pero lo bueno es que puede llegar a manejarse”, expresa Mireya.
La especialista hace énfasis en que la ansiedad provocada por nuevos cambios no es algo que afecte a todas las personas, esto depende de las circunstancias e incluso del carácter de cada uno. “Hay muchos a quienes los cambios les sientan muy bien”, comenta la especialista.
¿Ansiedad o preocupación?
Para constatar que una nueva noticia o cambio es causante de ansiedad, es necesario identificar en qué consiste esta.
De Arroyave explica que la ansiedad es una reacción fisiológica y psicológica que alerta ante situaciones de riesgo. “Cuando percibimos algo como una posibilidad de riesgo, surge el instinto de defensa para estar preparados”, amplía.
Los cambios fisiológicos durante estos episodios se evidencian con una respiración más rápida (y a veces incontrolable), así como el rápido latido del corazón y una sudoración.
En cuanto a las manifestaciones psicológicas se percibe un miedo o inseguridad perenne. En consecuencia, expresa de Arroyave, el pensamiento interfiere y pueden surgir ideas como “Tengo miedo de esta situación y no sé qué hacer”.
Los efectos psicológicos se alimentan con los fisiológicos y viceversa, lo cual puede hacer que las personas se mantengan mucho tiempo en ese estado y paralicen sus actividades.
Esto puede traer efectos en el rendimiento laboral, ya que las personas se retraen y permanecen en un ciclo de pensamientos negativos atrayendo más pensamientos por el miedo atravesado, así como en los cambios físicos que se experimentan.
Ansiedad vrs preocupación
La psicóloga Mireya comenta que también es importante reconocer la diferencia entre un episodio de ansiedad y una preocupación, en los momentos de la vida, como el laboral.
La distinción radica en que una preocupación puede ser pasajera y no se experimenta de manera intensa fisiológica y psicológicamente. “Una preocupación nos puede poner alerta y nos impulsa a resolver. En cambio, la ansiedad impide muchas veces la funcionalidad de las personas”, explica la psicóloga.
Cabe resaltar que los niveles de ansiedad también varían en las personas, ya que hay quienes son más cautos, temerosos o aprensivos.
¿Qué hacer?
No hay que temer cuando surgen nuevos cambios en los distintos planos de la vida. La ansiedad es algo que todos atravesamos en algún momento y puede modularse con recomendaciones como las presentadas a continuación:
- Identificar si se trata de un episodio de ansiedad. Tomar en cuenta las consideraciones fisicas y psicológicas mencionadas anteriormente.
- Despejar la ansiedad. Se necesita detener el pensamiento negativo a cómo dé lugar, dice Arroyave. Hay quienes piensan o dicen la palabra “alto” para ayudarse. Puede ser cualquier herramienta que funcione para frenar todos los pensamientos que vayan surgiendo. A la vez, respirar, contar hasta 10 y enfocar la energía mental hacia un punto específico. A esto se suman las recomendaciones de mantener una buena salud, hacer ejercicio y practicar constantemente ejercicios de meditación o mindfulness.
- No anticiparse de manera negativa. Muchas veces ante las nuevos noticias recibidas -y que implicarán un cambio en nuestro camino- surgen pensamientos hacia escenarios ficticios planteados desde una parte negativa. No se debe anticipar a cosas que aún no suceden, ya que esto provoca un descontrol en las emociones. La psicóloga recomienda optar por un optimismo inteligente que plantea “esperar algo mejor y trabajar para que suceda”.
- Valerse de una red de apoyo. Todas las personas tenemos otras en quienes podemos contar. Si atraviesa un episodio ansioso es bueno acudir a alguien de confianza para lograr exteriorizar los miedos. Muchas veces la perspectiva, la conversación y el apoyo son vitales para seguir funcionando, expresa la psicóloga. Si en el campo laboral la ansiedad es muy recurrente, es pertinente que el trabajador lo exponga ante su jefe.
- Ordenar los pendientes. Para lograr salir adelante con una nueva situación es necesario el orden. Es importante evaluar la situación presentada para lograr buscar una ruta de acción de manera positiva, aún sabiendo que puede implicar un nuevo reto. Es importante siempre contar con una actitud positiva y propositiva, sobre todo valiéndose de la información que hay y de la experiencia de vida que se tiene a la fecha.
Puede haber casos en los que alguien no se logren sobrellevar las recomendaciones mencionadas. Ante ello, De Arroyave recomienda que se busque apoyo especializado para modular las ansiedades.
La psicóloga comenta que cualquier campo de la vida puede detonar momentos de ansiedad, entre ellos el trabajo. No obstante, aclara que en la actualidad se debe estar acostumbrado al cambio, ya que esa es la única constante. El espacio laboral ha sido testimonio de esas variantes durante los últimos meses.
“El cambio es inevitable y entre más fácil nos adaptemos, mejor rendiremos. Claro, es algo que siempre depende de las circunstancias”, expresa Mireya.
Hacia los jefes
Por otro lado, se encuentra la parte de los contratantes, quienes también pueden atravesar momentos de ansiedad ante los cambios que reciben, ejecutan y que deben trasladar a sus colaboradores.
El psicólogo industrial Flavio Núñez subraya que, al tratarse de personas encargadas de responsabilidades más grandes, la carga emocional y mental puede incrementar en comparación a otros trabajadores.
Aun así, es necesario que estos presten atención a algunos temas para lograr un desempeño efectivo del grupo y evitar mayores niveles de ansiedad.
Núñez comenta que es importante que persista una apertura entre los líderes y los colaboradores. Para lograrlo y ahora en sistemas híbridos, recomienda que se establezcan canales de comunicación o de retroalimentación como buzones de comentarios o bien, direcciones de correo electrónico donde los trabajadores expresen su sentir a propósito de la misión conjunta.
A la vez, esta información permitirá que los trabajadores expresen de manera confiada -en dado caso no están manejando la situación- si atraviesan episodios de ansiedad por los nuevos cambios.
El jefe tiene la posibilidad de hacer valederos a sus trabajadores y sus inquietudes, explica Núñez, quien sostiene que a la hora de transmitir nuevos cambios debe hacerlo de manera asertiva y resaltando el valor que tienen los colaboradores.
“Es importante enfocarse antes en el talento humano y luego abarcar el tema a tratar”, menciona Flavio. Esto funcionará para que los trabajadores se sientan útiles, importantes y reconocidos a la hora de recibir las nuevas disposiciones laborales.
Núñez señala que las noticias importantes en cuanto a la dinámica laboral deben realizarse por parte de los empleadores con varios días de anticipación (al menos siete) y con una ruta de acción, para que no quede dudas en los trabajadores y que estos tengan claridad de cómo se procederá en distintos aspectos como normas de prevención sanitarias o de comportamiento.
Adicionalmente, el psicólogo enfatiza en que para quienes empiezan una modalidad híbrida se resalte el valor de los colaboradores con mensajes de ánimo o buscar recompensas realistas que puedan gratificar al trabajador para que se sienta más adaptado al área laboral.
