En 2002 Forbes la nombró la celebridad más poderosa del mundo, con un ingreso estimado de US$40 millones antes de impuestos y tarifas.
En términos de ganancias y poder estaba por delante de sus contemporáneas Jessica Simpson y Jennifer Lopez, e incluso hoy se puede decir que ha vendido más entradas para conciertos y álbumes que ambas.
Sin embargo, al tratarse de patrimonio neto, la princesa del pop se ha quedado muy atrás: Spears, quien representó una fuerza dominante y ascendente en la cultura pop, tiene un patrimonio neto de US$60 millones.
Por su parte, Simpson y López han acumulado fortunas de más de US$100 millones cada una, de acuerdo con estimaciones de Forbes. En el caso de Beyoncé, quien comenzó su carrera de solista unos años después de que la exalumna del Mickey Mouse Club se hiciera cargo de la suya como adulta, vale siete veces más, sin incluir la riqueza de su esposo multimillonario Jay-Z.
¿Qué salió mal para Britney Spears? Luego de varios años de escrutinio de los medios, Spears sufrió un colapso mental público y fue puesta bajo la tutela ordenada por la corte en 2008. El juez entregó el control de su carrera y finanzas a su padre, James Spears, quien es el villano de movimiento #FreeBritney, un esfuerzo de defensa de las redes sociales para liberar a Spears de la tutela.
En los últimos años, Britney Spears se ha resistido al control de su padre al mismo tiempo que paga millones de dólares en honorarios legales vinculados a la tutela que se encarga de controlar estrictamente su estilo de vida, así como la manutención de sus hijos producto de la relación con su exesposo Kevin Federline.
Los documentos judiciales revisados por Forbes el año pasado revelaron que sus activos se encuentran principalmente en varias cuentas de corretaje, bienes raíces y efectivo.
Su fortuna personal no se ha quedado atrás por falta de esfuerzo: en 2008, Spears había lanzado cinco discos de éxito y se embarcó en seis giras importantes. En la década siguiente, entregó otros cuatro álbumes y cuatro giras mundiales, así como una Las Vegas que se desarrolló de 2013 a 2017, recaudando US$137 mil 700 millones según Caesars Entertainment.
Nueva generación de estrellas del pop
Mientras tanto, una nueva generación de íconos del pop como Katy Perry, Lady Gaga, Rihanna y Taylor Swift han subido las apuestas.
Swift se ha embarcado en cinco giras mundiales desde su álbum debut en 2006, siete años después de que Spears lanzó el suyo, incluida la gira Reputation Stadium Tour 2018, que se convirtió en la gira estadounidense más taquillera de la historia, acumulando US$266 mil 100 millones a través de 2 millones boletos vendidos.
Sus propiedades, incluyen una mansión en Rhode Island, dos casas en Beverly Hills y un ático en Manhattan, las cuales en su conjunto suman más que toda la fortuna de Spears, sin incluir sus dos jets privados Dassault.
En tanto, Rihanna ha demostrado cómo ganar mucho dinero fuera del escenario, convirtiendo su éxito en la música en una mezcla de proyectos empresariales.
Fenty Beauty, su línea de maquillaje con el gigante de lujo francés LVMH, tuvo ventas de más US$600 millones en 2019. Forbes estima que la participación de Rihanna en la marca de cosméticos tiene un valor de US$375 millones.
Además, su participación en su línea de lencería Savage x Fenty, que la semana pasada recaudó US$115 millones en su segunda ronda de financiación, vale más de US$80 millones.
Nadie sabe qué habría logrado Britney Spears si hubiera tenido el control de su destino y fortuna.