Karla comenzó haciendo trabajos administrativos en la asociación local, y poco a poco se abrió espacios hasta alcanzar la dirección técnica. “Conocí el softbol por el señor Jorge Mendizábal. Él trajo a dos equipos de la capital a Xela para jugar un partido de exhibición. Desde aquel momento me encantó”, recuerda.
Para este año sus sueños van desde tener un torneo local con varios equipos, para masificar el deporte, hasta tener un campo propio para entrenar y jugar, porque ahora el diamante de beisbol del complejo deportivo altense no está siempre disponible para sus dirigidos.
Fue hace 14 años que inició el camino en una ciudad que se había resistido a darle el apoyo total, pero aún así la brecha se ha abierto y cada día se integran más jugadores.
Desde el 2013 ha logrado que los equipos disputen torneos en la capital y, en medio de las restricciones por el nuevo coronavirus, lograron que seis jugadoras se integraran a un cuadro de la Liga Mayor A, “para foguearse y mantenerse activas en forma presencial durante la era del covid-19”.
La tierra altense acogió a un deporte que en la capital ya lleva muchos kilómetros recorridos y los dirigentes esperan seguir avanzando, relató.
Este deporte, como muchos otros, sufrió por el parón al que obligó la pandemia. Karla asegura que la pandemia les afectó, pero tuvieron que ser creativos para cautivar a los atletas que participaban en esta disciplina. Entre las medidas, recurrieron a actividades virtuales y usaron diversas redes sociales para mantenerse en movimiento.
“Han sido meses difíciles —de marzo a noviembre—, pero logramos hacer cosas diferentes. Nuestras actividades motivaron a los deportistas a retenerse en esta disciplina”, explica.
Hoy ven los frutos y, sobre todo, la felicidad de los jugadores porque tuvieron actividad presencial nuevamente.
Entre sus logros, ganaron los Juegos Nacionales Virtuales, efectuados en diciembre último, con ejercicios físicos. El softbol se ha convertido en una disciplina que ha ganado terreno en Quetzaltenango.
“Los integrantes de los equipos están motivados. Este no es un deporte solo para mujeres. Prueba de ello es que hay más equipos en la liga masculina que en la femenina”, comenta Karla.
En el país el softbol masculino se disputa desde la cuarta división a la Liga Mayor A, mientras que en la femenina solo de la categoría especial a las ligas Mayor A y B.
“Este es un deporte para todos. Por ahora ya contamos con equipos en las dos ramas, y eso es muy importante. Es una satisfacción”, expresa la entrenadora, que estuvo lejos de la cancha durante cinco años porque se hizo madre. Ahora tiene dos hijos, de 18 y 11 años, quienes practican el deporte junto a ella.
Cuando Karla regresó, en el 2013, logró que la selección femenina compitiera a escala nacional. En el 2019, con el apoyo de varias personas, entre ellas Héctor Sazo, presidente de la Federación, le consiguió un espacio a la selección masculina para competir.
Además, según cuenta, las autoridades han dado cuatro becas a jugadores destacados. “Yo estoy enamorada de este deporte, y hemos logrado hacer cosas importantes con los pocos recursos que tenemos”, dice.