EDITORIAL
Datos certeros para decisiones correctas
Junto a la capacidad de respuesta del sistema de Salud, uno de los desafíos más grandes que ha enfrentado Guatemala durante la pandemia es el manejo de los datos relacionados con el avance de la propagación de la enfermedad en el país, lo cual hasta ahora sigue restando posibilidades de tomar mejores decisiones para proteger a la población y procurar un equilibrio entre las medidas de contención y la urgente reactivación de actividades económicas.
Aunque se debe reconocer el esfuerzo y trabajo de las actuales autoridades de Salud para gestionar de la manera más adecuada la respuesta a la pandemia, es innegable que persisten rezagos, muchos de ellos heredados de deficientes administraciones pasadas.
Como bien lo señalan conocedores del tema, Salud debe atender dos ámbitos críticos: la correcta gestión de los datos para tomar decisiones, y el procesamiento de la data para convertirla en información útil que ayude a los ciudadanos a afrontar este desafío mundial.
Aspectos tan básicos como la actualización eficiente del tablero covid-19, donde se reporta el número y fechas de las pruebas, casos confirmados y fallecidos por la enfermedad, distan mucho de ser un simple fallo técnico o involuntario, pues su efecto en el corto, mediano y largo plazo es que produce registros que se usan para elaborar planes de acción o imponer restricciones para contener la crisis sanitaria.
La Organización Panamericana de la Salud ha resaltado, a lo largo de esta emergencia, la necesidad de que existan datos desglosados de alta calidad, accesibles, fiables, oportunos, abiertos y fidedignos. fundamentales para generar información valiosa para la toma de decisiones en tiempo real, y así brindar una respuesta apropiada y eficaz con base en los factores que ralentizan o aceleran la transmisión del virus y los grupos poblacionales que son más vulnerables.
En un escenario ideal, la información debe transmitir, en tiempo real y abierta al público, indicadores por sexo, edad, nivel de educación, ingresos y situación económica, así como origen étnico, ubicación geográfica y discapacidad.
Solo así, con un eficiente manejo y divulgación de los datos, se podría generar confianza plena entre la población sobre las decisiones que se van tomando para manejar la respuesta a la pandemia.
Un referente de las acciones gubernamentales es el estudio realizado por la firma ProDatos en octubre pasado, el cual daba cuenta que tras los primeros siete meses de pandemia, el 61% de la población consideraba que las cifras oficiales eran poco o nada creíbles. En esos días, las propias autoridades admitieron que, probablemente, la cifra de casos reportados hasta entonces podría ser 10 veces mayor.
La llegada de las vacunas en los próximos meses representa una nueva variable entre el mar de datos que Salud debe corroborar y analizar para contener los contagios y tomar las decisiones adecuadas en beneficio de la población.
El aspecto logístico sigue siendo un reto titánico, pero también lo será el buen control y manejo de los datos de quienes sean inmunizados a fin de lograr un monitoreo de la esperada protección, así como los riesgos y efectos secundarios que podrían presentar las distintas vacunas, una vez sean aplicadas.