Ese puente era la vía principal hacia la frontera El Florido, la cual conecta a Guatemala con Honduras y ahora pasar hacia ese país es un problema, lo que significa pérdidas para muchos comerciantes.
El puente, construido el 30 de noviembre de 1971, se partió en dos a causa de la crecida del río por las lluvias que provocó Eta e Iota, y ahora la única forma de cruzarlo es en una canasta metálica que instaló la municipalidad local, pero muchas personas temen utilizarla, pues esta se desplaza sobre un cable de acero que se sostiene de un extremo por una plataforma, y del otro, de unos troncos de madera.
Muchas personas pasan víveres y sus cosechas, por lo que esperan que las autoridades reconstruyan el paso porque hacerlo de la forma como lo hacen “es peligroso”.
Solo se transporta a un máximo de cuatro personas y por momentos se forma una pequeña fila en cada extremo. Para movilizar la jaula hay un grupo de trabajadores de la comuna que las impulsa y jala con unas cuerdas.
Marco Antonio Távora, piloto, dijo que muchas personas han dejado de salir de sus comunidades porque temen abordar la canasta, lo que le impacta en su economía porque no hay pasajeros.