Las elecciones de EE. UU. están cada vez más cerca y anoche fue el último debate entre los dos presidenciables. La expectativa y tensión acerca de las elecciones crece a cada momento y todo apunta a que será un final bastante peleado y que seguramente terminará en las cortes en varios —o muchos— estados. La polarización ha llegado a tal nivel en Estados Unidos que casi se podría creer uno lo de que es la elección más importante en mucho tiempo.

No puedo comentar sobre el debate porque escribí mi artículo antes de que este empezara, pero seguramente estuvo candente, a pesar de la decisión de la Comisión de Debates Presidenciales de apagar el micrófono de los contendientes en algunos momentos.

Conforme pasan los días, los equipos de campaña tratan de encontrar la revelación que pueda hundir al contrincante. Vimos esta semana, por ejemplo, la información sobre la computadora de Hunter Biden, y sobre una cuenta “secreta” de una empresa de Trump en China. Y así, no nos debería extrañar que, en los próximos días, conozcamos más “revelaciones” que intenten desprestigiar a ambos candidatos.

Debido al sistema de Colegio Electoral diseñado por los próceres de Estados Unidos para garantizar los derechos de todos, al final buena parte de la elección se decidirá en los denominados Swing States. Al momento de escribir este artículo, el promedio nacional de encuestas de RealClearPolitics muestra a Biden con una ventaja de 7.9 puntos sobre Trump. Sin embargo, en las encuestas de los estados claves la diferencia es menor, de 4.1 puntos.

Pero la incertidumbre no termina allí. Por un lado, los problemas identificados con las encuestas estatales en 2016 persisten. Por otro, el aumento sin precedentes de las papeletas de voto por correo y el voto anticipado podrían volatilizar la elección. Por último están los eventos imprevisibles y de última hora que pueden cambiar el impulso de la carrera electoral.

En ese sentido, considero que los tres puntos claves en lo que resta de la campaña serán el debate de ayer, la confirmación de la jueza Amy Coney Barret a la Corte Suprema de Justicia y los datos sobre el crecimiento de la economía durante el tercer trimestre, que se conocerán la semana entrante.

En el primer caso, ya dije que no puedo comentar su resultado por el momento en que escribí el artículo. En el segundo, ayer temprano los senadores republicanos del Comité Judicial aprobaron pasar al pleno del Senado la confirmación de la jueza Barret —a pesar del intento de boicot de los senadores demócratas del comité—, por lo que ya la votación para su confirmación está programada para el próximo lunes. No tengo mayores dudas de que será confirmada.

Por último está el tema más importante para los estadounidenses: la billetera. Si bien este ha sido un año atípico, con la caída más grande del PIB trimestral desde que se llevan registros después de la Segunda Guerra Mundial, también existen muchas posibilidades de que los datos del tercer trimestre indiquen el crecimiento más grande en los registros. Las distintas proyecciones están entre un 30 por ciento y un 35 por ciento de crecimiento en ese tercer trimestre. Lo más importante de este dato no es tanto la cifra como el momento en que se conocerá: cinco días antes de la elección. Esta noticia podría cambiar considerablemente las percepciones, sin muchas posibilidades de contrarrestarlas con tan pocos días para la votación.

Así que la tensión e incertidumbre continuarán creciendo conforme pasan los días, por lo que los resultados todavía no están tan seguros como las encuestas parecieran indicar.