Jean Paul Vargas (SG-Sica) afirma que: “Centroamérica es toda una historia de migraciones para sobrevivir en un ambiente económico tradicionalmente desfavorable”. Esta migración a Estados Unidos sigue reproduciéndose, aunque Donald Trump cortó las ayudas a Guatemala, El Salvador y Honduras, para presionar a los gobiernos de estos países para que acaben con la emigración, cosa que Honduras no lo ha hecho.

Según la Comisión del Migrante, una proporción de 97.4% de la gran mayoría de guatemaltecos, documentados o no, migran hacia los Estados Unidos de América. La pandemia del coronavirus ha subrayado la importancia de los trabajadores inmigrantes en la economía estadounidense y ha puesto en evidencia algunas contradicciones en la política de mano dura, que es uno de los pilares del discurso del presidente Trump.

Debido al nivel de pobreza y por el covid-19, hay millones de personas en confinamiento, con comercios cerrados, desempleo, hambre y una economía enferma que evidencia un sistema de salud raquítico; con un estado que no ha sido capaz de resolver temas vitales de deasarrollo urbano regional.

Mientras el presidente Alejandro Giammattei cayó por el covid-19, lo que quizás le recuerde que estamos en el siglo XXI y que las cosas no se tratan como en el siglo XX, que nos comunicamos por teletrabajo o celulares, y la nueva realidad cambiará todo.

Además, el virus marca los niveles sociales de a menor riqueza más grande es el riesgo de rebrote. Con un área metropolitana que crece, producto de una conurbación de la ciudad de Guatemala, con una población que para el 2020 tenía un estimado de 3,573,179 de habitantes, debido al desplazamiento por la pobreza. Y generando conflictos de tránsito en las periferias de la ciudad por el desorden vial producto de un subdesarrollo urbano.

Hasta abril se reportó “una caída de 54 por ciento en las divisas obtenidas” (Fundesa), por lo que mejorar la economía en Guatemala es todo un reto, pues el 70% de su población pertenece a la economía informal y depende del comercio en calle.

La economía informal o economía irregular es invisible al Estado por razones de evasión fiscal o de controles administrativos como el trabajo doméstico no declarado, la venta ambulante espontánea o la infravaloración del precio escriturado en una compraventa inmobiliaria.

Mientras, el Fondo Monetario Internacional anunció que “la economía mundial entró en una etapa de recesión tan aguda o peor que la de 2009, el covid-19 sigue devastando vidas y medios de subsistencia, golpeando con más fuerza a los más vulnerables, como en los asentamientos. El coronavirus no hace diferencia de clases sociales, edades, razas, creencias religiosas e ideológicas; todos los seres humanos han sido presa de los contagios. La pandemia llegó como un huracán y arrasó con todo a su paso, dando duros golpes a la salud de miles de personas en el mundo, incluso provocándoles la muerte. Se están dando rebrotes en zonas de movilidad y cuando se quitan la mascarilla en zonas de reunión y de alimentación, frente a un virus que es altamente contagioso.

Nadie se pudo imaginar que todo el mundo se detendría a causa de la pandemia y le puso nombre: “El gran confinamiento”. Parece haber consenso en que será la mayor crisis económica desde la gran depresión de 1929. La pandemia llevó al confinamiento a más de la mitad de la humanidad y paralizó la economía mundial. Está en plena expansión, en particular en América. Pero el fantasma de un rebrote es mencionado por la OMS. ¿Qué forma tendrá?