Para entonces, se dijo que llegaría en septiembre; ahora, se esperaría que llegue en octubre.
Independientemente de cuándo, la pregunta es si el país experimentará un segundo momento de alta volumen de casos positivos de covid-19.
El Ministerio de Salud registra, hasta el 30 de septiembre, 91 mil 746 casos de contagio y tres mil 246 muertes. Esto, en 201 días de declarada la pandemia en el país.
El 23 de septiembre —desde una cuarentena obligatoria por el covid-19—, el presidente Alejandro Giammattei hizo referencia a la llegada de la segunda ola. “Las crisis que le vienen al país; en la crisis de salud, estoy pensando en una segunda ola”, expresó, y aseguró que se están preparando para ello.
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En la última conferencia de la ministra de Salud, Amelia Flores, mencionó que “epidemiológicamente se sabe que vendrá una segunda ola, pero no sabemos su magnitud”.
Sin embargo, el pronóstico de las autoridades es recibido con escepticismo por expertos, y son diversas las voces que se expresan con preocupación por la falta de pruebas diagnósticas que pueden dar una visión más certera de cómo se desarrolla la pandemia en el país.
Además, el fin del estado de Calamidad, del toque de queda y la apertura de negocios, comercios e industrias provocan confusión, ya que los países que afrontan una segunda ola han optado por el regreso a las restricciones severas.
Para verificar si Guatemala está por enfrentar esta segunda ola o segundo brote de contagios, se consultó a tres epidemiólogos que siguen de cerca el avance de la pandemia: Edwin Calgua, coordinador del Centro de Investigaciones de la Universidad de San Carlos; José Carlos Fuentes, director del Instituto de Investigación y Estudios Superiores en Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar, y José Ortiz, director del Observatorio Sars-Cov-2 de Guatemala.
Además, se consultó el monitoreo del Laboratorio de Datos e información generada por la Coprecovid.
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¿Qué es?
El médico Calgua explicó que el término es una forma coloquial para explicar que se trata de un segundo brote de contagio, y viene del término estadounidense second wave.
“Cuando se documentan los casos, se va formando una especie de curva con los números; cuando sube y baja la curva, esa es una ola. Esa curva es el brote de número de casos. Cuando baja, deja de ser un brote”, explica Calgua.
El especialista menciona que, según la teoría, para pensar en una segunda ola, los casos debieron de haberse reducido al nivel de contagios de cuando empezó la epidemia.
Eso mismo mencionó Karin Slowing, quien pertenece al Laboratorio de Datos.
“Después de haber visto un pico, hay un descenso; pero no se desciende hasta el punto de inicio, sino que se estanca hasta una cierta altura y, según nuestro monitoreo, se ha mantenido en 20% de positividad por varias semanas”, manifestó.
Para Slowing y Calgua, actualmente, el país estaría aún en el primer brote de contagios, debido que el descenso de casos aún no es suficiente para catalogar el cierre de un primer ciclo epidemiológico.
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Sin embargo, para la Coprecovid no es bajar hasta el punto de inicio, sino hasta los niveles más bajos registrados.
El director del instituto de investigaciones de la URL menciona que hablar de una segunda ola, más que un término epidemiológico, es también el comportamiento humano. “Cuando hay una enfermedad nueva, la población tiende a tomar precauciones cuando la primera ola va en aumento, estas medidas tienen un efecto positivo y controlan el contagio. Esto provoca que disminuyan progresivamente los casos, pero también puede provocar que las personas se confíen, bajen la guardia y ocasione que pueda volver a subir el contagio y a eso se le llaman las olas, la manera en que evoluciona la enfermedad, dependiendo las medidas que se tomen”.
El director del Observatorio Sars-Cov-2 mencionó que sí se pudo observar ese ascenso y descenso de la curva de contagios. Según sus cálculos, la segunda ola podría comenzar en octubre y extenderse hasta marzo.
“La segunda ola puede ser mucho mayor, porque el relajamiento de medidas es tan laxa que se hace solo cuando hay vacuna”, comentó.
Para los epidemiólogos entrevistados, la manera más clara de medición de contagios es a través de las pruebas de diagnóstico, y el MSPAS no está haciendo las pruebas necesarias para contar con una evidencia clara.
“El descenso de casos a principios del mes —septiembre— y el aumento de casos en los últimos días se debe a un descenso y aumento relativo de pruebas. Las olas aquí no se van a marcar con claridad”, es una de las aseveraciones del Laboratorio de Datos.
La conclusión de los expertos es que en Guatemala, como en el resto del mundo, sí habrá una segunda ola de contagios, pero no se podrá saber, con certeza, cuándo será, debido a esta falta de pruebas.
“Por el momento, hay mucha probabilidad de que exista un nuevo brote, pero no sabremos cuándo iniciaría ese segundo brote”, agregó Calgua.
Mientras los epidemiólogos definen cuándo podría iniciar esta nueva etapa, recomiendan a la población no dejar de pensar que el país sigue afrontando una pandemia, por lo que se deben mantener las medidas de prevención recomendadas desde el inicio.