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Miroslava Breach: la “emblemática” condena al Larry, el sicario que asesinó a la periodista “incómoda” que denunciaba los crímenes de los cárteles en México

Miroslava Breach fue asesinada en 2017. (Foto Prensa Libre: EPA)

Miroslava Breach fue asesinada en 2017. (Foto Prensa Libre: EPA)

Más tres años después, el asesinato de la periodista mexicana Miroslava Breach tiene un condenado y una sentencia.

Un tribunal federal sentenció el sábado a Juan Carlos Moreno, alias “el Larry”, a 50 años de prisión tras considerar que fue el coautor material del homicidio ocurrido el 23 de marzo de 2017.

Ese día, la periodista de 54 años se encontraba en su auto preparándose para llevar a uno de sus hijos a la escuela cuando le dispararon 8 veces en norteño estado de Chihuahua. Su hijo, que estaba en el vehículo, resultó ileso.

Breach, que cubría temas de narcotráfico, era corresponsal del diario capitalino La Jornada, colaboraba con el periódico El Norte de Chihuahua y fue directora editorial de El Norte de Ciudad Juárez.

Durante la sentencia, el juez federal Néstor Pedraza Sotelo consideró que Breach fue asesinada por sus trabajos en los que denunció actividades del grupo criminal Los Salazar, que ha sido vinculado al Cartel de Sinaloa.

Medios mexicanos y organizaciones de derechos humanos calificaron de “histórica” y “emblemática” la sentencia por tratarse el primer juicio por homicidio de una mujer periodista litigado en instancias federales con una sentencia condenatoria”.

“Constituye un referente para los cientos de casos de periodistas asesinados que aún siguen en impunidad. La resolución judicial ha sido emblemática”, indicó la ONG Propuesta Cívica.

El diario La Jornada, para el que trabajaba Breach, aunque celebró la sentencia, señaló que Moreno no era el único responsable de la muerte de la reportera.

El sicario pagará con 50 años, pero los verdaderos criminales aún andan sueltos“, consideró el periódico.

La sentencia

De acuerdo con Propuesta Cívica, uno de los elementos más importantes de la sentencia fue el hecho de que el juez reconociera la vinculación del asesinato con la labor periodística de Breach y que se logró identificar a un autor intelectual del crimen, un líder de un grupo criminal con nexos políticos.

“Testigos especialistas en investigación criminal expusieron cómo opera la narcopolítica en la Sierra de Chihuahua y el posible involucramiento de políticos del actual gobierno local en el crimen – un eslabón pendiente en esta investigación”, consideró la organización.

Mexican forensic experts inspecting journalist Miroslava Breach's vehicle at the crime scene (23/03/2017)
Breach fue asesinada mientras llevaba a su hijo a la escuela. (Foto Prensa Libre: EPA)

Según informes de organizaciones civiles, alrededor del 90% de los ataques contra periodistas en el país quedan sin resolver.

Cuatro periodistas han sido asesinados este año, según cifras de Reporteros sin Fronteras, que describe a México como “uno de los países más mortíferos del mundo para los medios”.

“La confabulación entre funcionarios y el crimen organizado representa una grave amenaza para la seguridad de los periodistas y paraliza el sistema judicial en todos los niveles”, indica la organización.

Quién era Misrolava Breach

Miroslava Breach era una de las comunicadoras más incisivas de Chihuahua.

Muchas de sus publicaciones se referían a casos de corrupción política, abusos de derechos humanos, agresiones a comunidades indígenas y violencia de carteles de narcotráfico.

Por su desempeño había recibido amenazas, e incluso el gobierno local reveló que poco antes de su muerte “había sido molestada”, aunque no informó de ello a las autoridades.

Breach tenía más de 30 años de carrera, realizada casi toda en Chihuahua, aunque empezó su trabajo en un diario de Baja California Sur, en el noroeste del país.

Tras un problema personal decidió regresar al estado, donde colaboró con varios medios locales.

A partir de 1997 fue contratada como corresponsal del periódico La Jornada, donde solía publicar los frecuentes abusos contra las comunidades de la etnia Rarámuri, conocida como Tarahumara.

Uno de los temas frecuentes de sus despachos era la tala ilegal de los bosques de las comunidades indígenas, así como los asesinatos de sus líderes y defensores.

Durante la guerra contra el narcotráfico del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), la periodista documentó la creciente violencia en la región.

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