Esa variación significa una caída de 42%, o sea 404 rescates menos al realizar una comparación.
Las estadísticas detallan que por abuso físico este año se han realizado 194 rescates; por abuso emocional, 26; abuso sexual, 124, y descuido y trato negligente 220.
La coordinadora de esa unidad Lucrecia Prera, explicó que las familias están resguardando por el covid-19, que permite que menos niños estén en riesgos en la calle, a pesar de que se encuentran disponibles los medios para atender las denuncias.
El caso más reciente ocurrió el pasado jueves cuando se rescató a cuatro menores en San Juan Sacatepéquez, luego que se hizo viral un video, en la cual se observa como una menor era agredida por un adolescente después de haber caído y rescatada en un pozo.
El agresor familiar de la menor fue identificado como Walter Baten Cuyuch, quien en youtube se identifica como Ale Baten, detenido el viernes y según Prera, la PGN se constituirá como querellante adhesivo en el proceso.
La pandemia está haciendo que las familias eviten contagiarse, pero hay otros casos que se presentan directamente a los Juzgados de Niñez y Adolescencia del Organismo Judicial.
“Evidenciamos que hay menos rescates que el año pasado y hay una falta de cultura de denuncia para constatar si es verídico o no lo que se está presentando, y se están presentado a los niños a los órganos jurisdiccionales porque se está evidenciando que son victimas del entorno familiar de violencia física, emocional y de descuido y negligencia e inclusive en algunos casos de abuso sexual”, aseveró Prera.
Recordó que las denuncias son diferentes a los rescates en la cual tiene participación directa la PGN, en la cual se presenta a un juez competente y se inicia un proceso de medidas de protección.
La coordinadora explicó que en los 564 casos del 2020 se ha evidenciado que los niños no se encuentran bien, luego de haber sido rescatados.
El objetivo de las medidas es para brindar apoyo a las familias, que muchas veces derivan hacia un apoyo social, y se necesita una terapia psicológica o soporte socioeconómico y se cuentan con las unidades para analizar cada caso en particular.
Reiteró que de todas las denuncias que se han recibido y si amerita un rescate se gestiona al Juzgado y durante la pandemia se han fortalecido a las personas, porque un proceso puede ser muy engorroso a la niñez y adolescencia.
Citó como ejemplo que han encontrado casos con niños con un grado de desnutrición porque las familias son víctimas de violencia intrafamiliar, violencia económica para las madres, y los niños presentan cuadros de desnutrición y por otro lado cuentan con recursos económicos, pero no atiende, ni protegen a los menores, que viven en condiciones insalubres en los cuales se procede al rescate.
Ricardo Flores, consultor en temas de seguridad, dijo que este tipo de situaciones muchas veces responden a conductas de agresiones, son sociopatías que se van adaptando y dependen mucho del padre que se desarrolló en su niñez; por otro lado, a la conducta del propio individuo.
El efecto de la pandemia ha provocado cierto nivel de estrés que puede provocar casos violencia a los niños.
“Hay un incremento porque todos los niños están en casa y muchos padres no tienen opciones de dejarlos con alguien o al cuidado de ellos, y que optan con dejarlos con amigos o vecinos que genera sea un ambiente propicio para los niños”, subrayó.