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Cineasta que rechazaba los adjetivos que encasillaban, Parker se labró fama en la década de 1970, saltando de género en género sin dudar, desde la comedia musical “Bugsy Malone”, su primer película, hasta el cine áspero y comprometido del “Expreso de medianoche” (1978), sobre la dura realidad de las cárceles turcas.
En 1980 tuvo un enorme éxito con “Fama”, otro musical que se convirtió en serie televisiva, y repitió dos años después con “El Muro”, otro musical de gran impacto visual por su crudeza, basado en el doble álbum musical de Pink Floyd.
En 1996 fue el turno de “Evita”, una adaptación del famoso musical para la que contó con Madonna en el papel estelar y Antonio Banderas como Che Guevara.
Era un “camaleón” con “un extraordinario talento”, reaccionó la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
En total, sus obras cosecharon 19 Baftas (el equivalente del Óscar en Gran Bretaña), 10 Golden Globes, 10 Óscars y un Gran Premio del Jurado de Cannes, por “Birdy” (1985).
Inicios como guionista publicitario
Nacido el 14 de febrero de 1944, Alan Parker hizo sus primeros pasos en la escritura y la realización de guiones publicitarios.
“Bugsy Malone”, su primera película era una parodia musical de las películas de gángsters de los años 1920, interpretada por niños.
Tras la sacudida que supuso “Expreso de Medianoche”, que cuenta el calvario de un joven estadounidense encarcelado en Turquía por narcotráfico (dos Óscar, uno al mejor director), pasó de nuevo al musical con “El muro”.
Siete años más tarde vuelve al cine comprometido, con “Mississipi Burning”, que narra la investigación del FBI sobre la desaparición de tres figuras de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos.
Trabajó con algunos de los mejores actores de su generación: Robert de Niro encarnando al Diablo en “El corazón del Ángel” (1987), Gene Hackman en “Mississippi burning” o jóvenes desconocidos entonces, como Nicholas Cage en “Birdy”.
El productor británico David Puttnam rindió homenaje al que era “su más viejo y estimado amigo”, alguien que “siempre impresionó por su talento”.
Con el “corazón roto”, la productora Barbara Broccoli (James Bond) deploró “una pérdida enorme para el mundo del cine”.
“Su trabajo ponía de relieve los elementos de su personalidad que tanto adorábamos: integridad, humanidad, humor, irrevencia y rebelión, y sobre todo espectáculo”, añadió.
El expresidente del Festival de Cannes, Gilles Jacob, saludó un cineasta “vivo, brillante, prolífico” y un “espíritu sarcástico”.
Alan Parker deja a su esposa, Lisa Moran-Parker, cinco hijos y siete nietos.