De acuerdo con el informe regional del 2018 de la Organización de los Estados Americanos (OEA) acerca de la protección de los derechos de la niñez y juventud en Internet, un estudio de Unicef, ICME y ECPAT realizado en 2012, en Guatemala el 43% de los usuarios de Internet se encontraba en el rango de edad de 13 a 19 años.
Estos usuarios utilizan las redes sociales para chatear con amigos o seguidores, para ver vídeos y fotografías, con el fin de socializar y entretenerse. Pero, en varias ocasiones, consideran que todo es válido para hacer amigos en Internet y es cuando descuidan su privacidad. Por ello es recomendable que los padres ejerzan control sobre lo que los niños hacen en su vida digital para evitar las amenazas que acechan en el ciberespacio.
La Organización de Estados Americanos, OEA, expone que los riesgos que sufre la niñez y adolescencia en la web no representan un nuevo tipo de violencia del que se encuentran en su entorno físico. La diferencia es que en el contexto virtual adquieren una dimensión distinta en términos de alcance y potencial de daño. Algunas de las principales amenazas son la explotación, acoso y abuso sexual, que son facilitadas por las tecnologías de la información y/o difundidas por medios en línea.
La OEA explica cuáles son los principales riesgos:
- Ciberacoso: Forma de agresión que se produce entre dos personas, utilizando internet, con la intensión de propagar mensajes o imágenes crueles para que sean vistas por varios usuarios.
- Sextorsión: Chantaje al menor de edad, amenazándolo con difundir imágenes o videos sexuales generados por las víctimas. La intención es mantener relaciones sexuales o continuar la explotación sexual.
- Grooming: Estrategias de un adulto para ganarse la confianza de un niño, niña o adolescente a través de Internet con el propósito de abusarlo o explotarlo sexualmente.
- Paliza feliz: Forma de ciberbullying. Sucede cuando una persona o grupo golpea a otro mientras se graba el incidente con un celular, con la intención de difundirlo en redes sociales y burlarse de la víctima.
Poco control parental
Según Kaspersky, compañía global de ciberseguridad, la mitad de los niños latinoamericanos tiene cuenta en redes sociales y el 15% de los padres desconoce por completo lo que sus hijos publican en su perfil. La fuente señala que lo que más comparten es información de sus pasatiempos, fotografías del hogar y datos personales de amigos y parientes.
La compañía también indica que uno de cada cuatro padres rara vez monitorea las redes sociales de sus hijos, debido a que el 35% de los adultos desconoce la contraseña de los perfiles de los menores.
Una de las causas del poco control parental se atribuye al hecho de que la niñez interactuó por primera vez con un dispositivo con internet desde muy temprana edad, por lo que tienen mayor conocimiento y experiencia que los adultos. Sin embargo, según los expertos, esto no debería ser motivo para evitar conversar acerca de los potenciales peligros de la web y de llevar un monitoreo constante de la información publicada.
Evite riesgos
Aunque varias plataformas web piden que el usuario no sea menor de 13 años, no hay una edad mínima porque existen mecanismos para que los menores de edad abran una cuenta, afirma Miguel Ángel Mendoza, de ESET, compañía de seguridad informática. “Por ello, se debe buscar que los menores puedan utilizar los servicios de internet bajo la adecuada supervisión de los padres y docentes, utilizando las herramientas de seguridad adecuadas como control parental y las buenas prácticas necesarias”, indica.
Mendoza recomienda que antes de que los niños o adolescentes se unan a una red social y comiencen a compartir información, los padres les cuestionen tres aspectos importantes:
1.¿Estás seguro de que quieres compartir eso en la web?
Se debe transmitir la idea a los hijos de que lo que se publica en internet se queda allí. Si quieren publicar o compartir algo, siempre deben pensar cómo se verá reflejado sobre ellos en el futuro. Una buena regla para aprobar antes de publicar cualquier cosa es que se pregunten qué diría un pariente mayor, como el abuelo, si viera el contenido.
También se puede hablar acerca de cómo una indiscreción publicada podría volverse una carga y un tormento en el futuro.
2.¿Realmente conoces a esa persona?
Aunque la frase “no hables con extraños” es muy escuchada por los menores de edad, es vital explicarles que esta idea también aplica en la web. Si bien, podrían considerar que las redes sociales son más seguras ya que están en línea, los padres deben comunicar claramente que los riesgos son los mismos e incluso peores.
3.¿Tienes clara la configuración de privacidad?
Las redes sociales suelen actualizar constantemente su configuración de privacidad y seguridad, por lo que se debe inculcar la responsabilidad de conocer cómo se manipulan y se ven los datos en cada red social. Algunos sitios, como Facebook, ofrecen una “comprobación rápida de privacidad” para ver el perfil del usuario a través de los ojos de diferentes tipos de espectadores, desde amigos hasta extraños, para que pueda elegir más fácilmente lo que desea compartir y con quién.
Normas para internautas
Ana Lucía Castillo, experta en redes sociales, comenta que para tener una buena convivencia en la web y evitar amenazas se debe cumplir con ciertas conductas:
- Respetar las opiniones de los demás.
- No amenazar a nadie en conversaciones públicas o privadas.
- No publicar datos personales ni información de otra persona sin su autorización.
- Respetar que el correo electrónico es privado.
- No agregar o hacerse amigo de desconocidos.
- No hacerse pasar por otra persona.
- Denunciar el ciberacoso.
- No incluir información sensible en el perfil, como dirección o ubicación.
Para los adultos
- Explicar los riesgos de la web a los niños y niñas.
- Mantener un monitoreo de la información publicada.
- Generar confianza para que los hijos le compartan su contraseña.
- Agregarlo a la misma red social, si su hijo se lo permite.