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Marilinda Guerrero: entre monstruos, historias y libros

Describir a Marilinda Guerrero Valenzuela es hablar de sus miedos, de cómo los convirtió en historias divertidas y fueron la base de un proyecto que ha ido creciendo a la par de su profesión médica.

Durante el día trabaja en su consultorio como dentista.  Su mundo gira entre citas programadas, emergencias dentales y devolver la salud a la sonrisa de sus pacientes.

Durante años quiso esconderse detrás de su bata blanca y no mezclar sus mundos, pero con el tiempo eso ha sido imposible.  Su fama empieza a recorrer al navegar en Internet y sus monstruos atrapan la atención hasta de los más serios.

Si lo analizamos un poco más, podríamos decir que no solo cura físicamente.  Con su imaginación, sus monstruos títeres y letras hace que niños y grandes rían, lloren y se emocionen de ir por sus mundos fantásticos. Así es como da un respiro a los espacios ajetreados y al estrés del día, en especial durante esta pandemia.

Casi a diario sube en sus redes sociales cuentos, historias, personajes, algunos construidos con materiales reciclados, otros elaborados en telas y a veces es únicamente ella con su voz cuenta un cuento o lee un poema.

Una niñez entre bosques y juegos

Cuando uno ve a Marilinda en persona o en la pantalla pareciera alguien que nació extrovertida, sin temor ni vergüenza de nada.

Sus compañeros de colegio en la primaria quizá nunca la describirían así.  Era una niña callada, tímida, con pocos amigos y en las horas de recreo prefería leer que jugar.

Nació en 1980, su hogar estaba rodeado de árboles y naturaleza mientras cada día la mayor entretención era jugar con sus hermanas y cuidar a su hermano mayor quien ha requerido apoyo por ser una persona con discapacidad.

Cuando era niña no tenían juguetes como una Barbie, dice, “tocaba improvisar y con mis hermanas transformábamos banquitos de madera para hacer una casa de muñecas y arrancábamos flores e inventábamos jugos mágicos de colores”, recuerda.

Casi a los 10 años recibió clases de pintura y ahí aprendió las bases para pintar con témpera, crayón pastel y óleo, que la han llevado a explorar actualmente la ilustración de sus libros y otros proyectos.

También era aficionada a cortar los vestidos a su mamá para adaptarlos a su propio estilo.  Así que ante sus travesuras la mandaron a un curso de corte y confección que más adelante le abriría el camino a otro universo.

Aproximadamente a la misma edad recibió clases de guitarra, pero eso no dio mayores frutos.  Su maestra de pintura tenía una biblioteca y eso sí que le llamó la atención e hizo acuerdos con ella para que le prestara algunos de los ejemplares.

En la adolescencia empezó a descubrir la escritura… su historia podría compararse con la de Lara Jean, la protagonista del libro y película de Netflix: A todos los chicos que me enamoré.  Escribía cartas de amor, pero estas no fueron entregadas por accidente a sus destinatarios, Marilinda se las entregaba a ellos y en ocasiones escribía sus propias cartas de amor, que presumia le llegaban de un “enamorado” anónimo.

Luego entró a estudiar odontología, casi una década la dedicó exclusivamente a su carrera, clases y práctica supervisada.  Cuenta que una de las etapas más especiales para ella fue la labor social en la que compartió con la otra realidad del país, en Puerto Barrios. También trabajó una temporada en Patzún, Chimaltenango.

Así nacieron los monstruos o quizá siempre estuvieron allí

Mientras estudiaba en la universidad, Marilinda vivió un noviazgo de casi seis años.  Ahí esperaba formar su futuro, pero de la noche a la mañana todo terminó y eso la afectó emocionalmente.

Como parte de retomar su vida en 2009, salió una noche para La Antigua Guatemala.  Su regreso de noche terminó en un accidente al irse en un barranco, con el automóvil que fue pérdida total y ella rescatada por un vecino que se encontraba en una casa cercana.

Era casi la una de la mañana y al amanecer él la llevó a la carretera a buscar ayuda.  Milagrosamente ella no tenía mayores golpes y entonces se dio cuenta de lo que era realmente esencial:  “En quienes pensé fue en mis padres y hermanos… y en ese momento cambió un chip en mi cabeza”, dice Guerrero.

Así empezó a leer otra vez, a fascinarse de la poesía y a escribir.  Primero escribió cuentos y poesías, hasta que publicó su primer libro: Relatos de sábanas.

“Mis primeros libros fueron más como catarsis y después empecé a explorar otros tipos de historias y a descubrir lo fantástico”, expresa.

“Después del accidente empecé a buscar mi voz y saber quién soy…al descubrir eso uno sabe que va estar bien en cualquier lugar donde esté”, Marilinda Guerrero, escritora guatemalteca

Ha participado en varios colectivos y así se animó a crear su propia página web y empezaron las metas sobre escribir.

Al principio se inspiraba en imágenes para escribir sus historias, pero luego se preguntó por qué no crear sus propios personajes, dibujarlos y hablar de ellos.  Un amigo le tomó una foto frente a un poste, la cual transformó y detrás hizo un monstruo, ahí escribió “hasta los monstruos se asustan de mis miedos”, una frase que impactó.

“Los monstruos surgieron de la nada y no los buscaba” y empecé a tomarme fotos y a dibujar monstruos sobre ellas.  La escritora explica que de ahí en adelante empezó a inspirarse en estos, los dibujaba y pintaba con acuarela, y se convertían en  propuestas que crecían cada día.

Esto le llevó a hacer playeras, calcomanías, pines y otros detalles llenos de monstruos.

Tomó un curso en línea para hacer juguetes y recordó sus clases de corte y confección de la adolescencia.  Así empezó a darle vida a los monstruos, a llevarlos de un lugar a otro y en viajes a los que era invitada.

“Cada uno tiene su certificado de nacimiento, su historia y lo único que quise era retratar por medio de ellos mis miedos, me pregunté si esos temores tendrían formas y colores”, dice.

Los lleva también a distintos lugares de Guatemala en una biblioteca móvil que formaron con una amiga. Además de libros van sus amigos un tanto extraños.  Cuenta que la idea es tener algún día, un lugar para establecer  de forma permanente la biblioteca, pero como todo lo hace con sus propios recursos, eso todavía le parece algo lejano.

Los libros y los monstruos viajan en cajas, los niños las reciben y algunos les piden que les lean, los que ya saben leer se sientan a compartir con sus amigos.

Y así hablaron

Los personajes terroríficos y curiosos de Marilinda solo salían para tomarse fotos y ser expuestos.

Pero luego, empezaron a hablar y a tener otras personalidades. En un viaje alguien le dijo que por qué no los hacía hablar y contaba historias con ellos.

Se aventuró a tomar un curso para manejo de títeres bocones en el festival Titiritlán que le dio las herramientas y así creó a Tiburcio, su primer títere que hablaba.  Además, un poco antes ya había estado como estudiante con el famoso Alexis Cuentacuentos quien le enseñó a contar historias, así que era tiempo de explotar todo su conocimiento.

Reinaldo Trotamundos es uno de los más famosos.  Su calcetín transformado en títere tiene una página de Facebook y él cuenta sus viajes.

https://twitter.com/mariguerval/status/1275222353321111554?s=20

Vienen más planes

Marilinda fue invitada a escribir para una editorial.  “Nunca imaginé que me llamarían a esta experiencia”, comenta.

Es un poco diferente trabajar así y se ha adaptó a fechas de entrega y a trabajar sobre temas específicos que le solicitaron.

Actualmente está por cuenta propia, haciendo un libro para niños, pero por ahora está en proceso de ilustración de los textos.  También está haciendo una recopilación de escritos que han sido publicados en revistas para que queden en un libro.

Este año, cuando cumplió 40 años hizo un mural en conmemoración a esta fecha con ilustraciones de monstruos.

¿De qué escribe Marilinda?  En sus textos existen tantas temáticas desde la pobreza, corazones quebrados, historias felices o una arruga que apareció en el rostro y solo buscan destruirla… su inspiración en muchas ocasiones es lo que ve en sus viajes, las necesidades de Guatemala, los niños que viven en estos pueblos y otros secretos de su interior.

En Filgua 2019 nació un proyecto de cuentos llamado Primeros Auxilios para promover escritores que sean poco conocidos y publicar aquellos que están bien estructurados.  De ahí salió una editorial llamada Cuentos bien trulis.

Sobre la literatura infantil reconoce que se percibe que es fácil de crear, pero no es así.  “Uno tiene que bajar a la mirada del niño y ver el mundo desde ahí.  Entender cómo son ellos, no es la misma realidad para un niño de la zona 14 que para un niño que vive en Escuintla o en una aldea en Quetzaltenango”, expresa.

Marilinda también comenta que llevar a los niños a que disfruten de la lectura es motivarlos a que encuentren un libro en que se sientan identificados y que disfruten, “en Guatemala existe la creencia que todos los libros para niños deberían dejar una enseñanza y un mensaje de valor moral, pero esa función la realiza la familia y la escuela, los niños solo deben disfrutar de las historias en libros creados para ellos”, agrega.

La escritora además hace talleres de monstruología para incentivar la creación, la expresión a través de la pintura, la escritura y la imaginación.

Su vida sigue, como dentista durante el día y en cada tiempo libre o por las noches en sus proyectos de escritura o creando algún escenario o un personaje nuevo que nos presentará.

Ella dice que al envejecer quiere verse como la excéntrica Iris Apfel, una empresaria estadounidense, diseñadora de interiores e icono de la moda quien actualmente tiene 98 años, con la única diferencia que ella no estará sola en sus fotos sino estará acompañada de sus mostruosidades.

Por los caminos de Marilinda

Ha publicado los libros de narrativa Relatos de sábanas (Letra negra, 2011), Escenarios de un mundo paralelo (Letra negra, 2012) y Voyager (subversiva 2015).

En poesía publicó el libro Todos tenían derecho a estar presentes (editorial cartonera Alambique, 2014).

También participó en la antología Cuerpos, relatos eróticos por mujeres F&G editores, 2015.

En 2016 lanza la novela corta Odisea de tres mundos (Santillana), los cuentos Canelo y La Abuela Gata fueron ilustrados y publicados de forma digital como parte de un proyecto de creación y difusión de literatura infantil guatemalteca gestionado por Frieda Morales Barco

Obtuvo mención honorífica en la rama de literatura juvenil por su cuento Sector 23 en el primer concurso de literatura infantil y juvenil Marilena López (2017), el mismo fue publicado en 2019.   La historia nació de un curso que tomó de escritura de ciencia ficción.

Actualmente forma parte del equipo editorial de la revista de cuento Primeros auxilios y es fundadora de la revista de ciencia ficción Exocerebros.

Ha sido publicada en antologías digitales Centroamericanas y Mexicanas. Participó en el primer encuentro de narración oral “Las Lobas” en Honduras, 2018 y en el 33 encuentro de narradores orales en Buga, Colombia, 2019.

En la página de Instagram @marilindaguerrero los jueves a las 17 horas realiza transmisiones en vivo sobre literatura fantástica escrita por mujeres  y en la página de Facebook @marilindaguerrero sube sus proyectos de cuentos, títeres y monstruos.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.