CABLE A TIERRA
El plan frente a los hechos
El martes 2 de junio salió publicado el acuerdo gubernativo que detalla las “bases de la estrategia nacional de control del SARS CoV-2 antes y después de la desescalada”. La primera parte se enfoca en describir las “actividades sanitarias críticas” que habrán de lograrse para que se puedan implementar las fases de “Desescalada”.
Los tres puntos críticos son: 1. Expansión de las pruebas y recomendaciones de prácticas de investigación epidemiológica; 2. Aumento de la capacidad tecnológica y flujo de información; 3. Rastreo de contactos para identificación y control de brotes. Sin duda, los tres son elementos importantísimos de la gestión epidemiológica, en los cuales se han evidenciado tremendas fallas de preparación y ejecución a lo largo de estos meses. Hasta la saciedad se ha dicho ya que si el país no aumenta su capacidad de hacer pruebas; si no mejora y fortalece el departamento de epidemiología y la capacidad de vigilancia epidemiológica a nivel territorial y en poblaciones de mayor riesgo; si no se puede articular esa vigilancia continua con el fortalecimiento del primer y segundo nivel de atención en salud, y si el MSPAS persiste en mantener inaccesible la información epidemiológica y no fortalece su capacidad de generar datos y procesarlos en tiempo real, no solo tendremos una tragedia ahora, sino que nos veremos en tremendas dificultades a mediano y largo plazo para enfrentar una segunda oleada epidémica de SARS-CoV-2.
' Señor ministro de Salud, ya no tiene excusas.
Karin Slowing
Se hubiera esperado que el acuerdo describiera también cómo intentará la Coprecovid mejorar de ahora en adelante el manejo de la epidemia en el país pensando más en la fase actual de escalamiento de casos y en el desborde de la capacidad de respuesta de la red de servicios de salud. La mayor parte de soluciones en este campo deben darse desde la gestión administrativo-financiera del Ministerio, pero también con la formulación de una estrategia territorial, con enfoque de atención primaria en salud. Estos elementos necesitan su propio plan de manejo. ¿Dónde están? En el acuerdo no se ven.
Señor ministro, ya perdió tres meses valiosos para evitar que la epidemia se saliera de control. Ya tiene expertos aceptables al Gobierno que lo asesoran. Ya no tiene excusas. Tampoco puede seguir con la postura de restringir la información epidemiológica a la población o de dar información que carece de estándares mínimos de calidad. A la fecha su ejecución sigue en el suelo y llevamos dos días sin que proporcionen datos de casos nuevos a nivel municipal; muchos menos saber qué ocurre realmente en el Laboratorio Nacional de Salud, que no puede expandir su capacidad de hacer y procesar pruebas a los niveles y ritmos necesarios, ni tampoco descentraliza ese rol fuera del departamento de Guatemala. Luego de tres meses en esta situación, bien podríamos saber al menos qué es lo que ocurre y cómo piensa solucionarlo.
Les recuerdo que el acuerdo de creación de Coprecovid deja al director ejecutivo con un margen de maniobra muy acotado; lo que pase o deje de pasar con la epidemia sigue siendo responsabilidad del Gobierno. Además, la dirección ejecutiva se insertó dentro de una estructura institucional y de gobierno que le impone, quiera o no, límites más estrechos a su actuar y toma pública de posición que si se hubiera conservado la figura inicial que se mencionó para el doctor Asturias, de comisionado independiente. Por eso es vital cómo él se posicione en este proceso. En ese sentido, comparto la opinión vertida ya por algunos de que la voz independiente del doctor Asturias era infinitamente valiosa para los ciudadanos. Quizá de eso mismo se percataron también los asesores políticos de la presidencia.