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El “síndrome de la cabaña” y cómo afrontar el miedo a salir de casa luego del confinamiento

Luego de estar varias semanas en confinamiento es natural sentir temor de volver a salir de casa. Sin embargo, cuando este influye en nuestra rutina es importante prestarle atención y afrontarlo.

La vida cambió de un día para otro, de forma abrupta y radical. Ahora permanecemos más tiempo en nuestros hogares y nuestros deseos de salir han tenido que disminuir. Quedarnos en casa, cuando se puede, forma parte de la responsabilidad individual y colectiva que conlleva el cuidarnos del covid-19, aunque esto ha exigido una adaptación rápida en nuestras actividades, como compartir las 24 horas con nuestra pareja e hijos, recibir clases en línea, trabajar desde casa y no visitar familia ni amigos.

Estos cambios en la rutina nos han puesto a prueba acerca de la capacidad que tenemos para afrontar situaciones difíciles, tanto en lo económico como en lo emocional. Los psicólogos recomiendan que la adaptación cuando se deba retomar el estilo de vida anterior sea de forma lenta y gradual.

La tan esperada salida podría resultar poco placentera cuando se comiencen a dar las fases de desconfinamiento. Quienes no han salido a la calle desde hace varias semanas y han trabajado desde casa, comprado en línea y convivido de forma virtual con sus seres queridos, podrían experimentar emociones como miedo, ansiedad o pánico por volver a las calles.

“Esas emociones son parte del Síndrome de la Cabaña, que hace referencia al conjunto de pensamientos, en su mayoría catastróficos, acerca de lo malo que puede pasar si salimos de casa. En este caso, contagiarnos del virus. El miedo nos invade y se acompaña con algunos síntomas como sudoración, hiperventilación o taquicardia”, explica el psicólogo Juan Carlos Barreda.

El síndrome no es una patología, sino un estado anímico, mental y emocional que varias personas han sufrido luego de pasar un tiempo de reclusión forzosa y han experimentado dificultades para volver a su estilo de vida previo al confinamiento, porque el hogar es el lugar seguro, esa guarida que tiene el ser humano.

¿Cómo afecta?

Para Angélica Muñoz, una estilista, la noticia de la reapertura de las plazas comerciales el pasado 3 de mayo le provocó ansiedad y pánico. Desde el 16 de marzo, cuando se informó el cierre de los centros comerciales, no salía de su casa, ya que su trabajo estaba suspendido. Además, las compras del supermercado estaban a cargo de su hijo, quien vive cerca y sí le tocaba salir a trabajar.

“Ese domingo lo primero que pensé cuando supe que me tocaba regresar al salón de belleza a trabajar fue que, como uno tiene contacto con las personas, me iba a contagiar y que el confinamiento que hice había sido en vano. Preparé mi equipo de protección -mascarilla, guantes y careta-, así como un bote de alcohol en gel y lo metí en mi lonchera. Para mí, eso era más importante que llevar almuerzo”, relata.

Para la mujer de 53 años ir a su trabajo fue un sufrimiento, porque pensaba que toda persona que se le acercaba o todos los objetos que tocaba la contagiarían de covid-19. Desde la persona que la llevó, los clientes que atendió, hasta la tijera y secadora que utilizó.

“Los primeros días era incómodo, hasta para las clientas, porque limpiaba con toallas con alcohol todas las cosas que tocaba, o me levantaba a lavarme las manos, aunque estuviera prestando servicio, lo cual hacía más lento mi trabajo. Incluso, un día al regresar a mi casa trapeé tres veces el piso, porque de verdad pensaba que yo ya estaba contagiada. Desde que salía de casa ya sentía la tensión en los hombros y un leve dolor de cabeza, hasta me sudaban las manos de la ansiedad”, comenta.

Para Luchi de León, psicóloga de la clínica Mind, además de los síntomas de ansiedad y miedo, el Síndrome de la Cabaña se manifiesta con el exceso de preocupación que puede provocar reacciones como comportamientos que no le permitan hacer su trabajo o acciones lo mejor posible. Es decir, no ser funcional a la rutina que está acostumbrado.

Lo esperado es que usted pueda salir, tomando sus medidas de precaución y se pueda comportar como antes, a pesar del miedo. Pero cuando los pensamientos catastróficos son muy fuertes, es cuando se comienza a tener un comportamiento excesivo que interfiere con su funcionalidad.

Reconocer el miedo

De acuerdo con Barreda uno de los principales factores que influyen en el miedo que provoca salir es la sobrexposición que se tiene de noticias y datos acerca del coronavirus. A pesar de que se tienen cifras diarias acerca de los contagiados y fallecidos, así como recordatorios de las medidas de precaución, es incierto el tiempo que vamos a pasar en esta situación, lo cual genera incertidumbre.

Además, como se ha visto que la enfermedad afecta no solo a las personas de la tercera edad, se tiene claro que todos somos propensos y debemos cuidarnos. Por ello, aunque la información puede ayudar a conocer lo que ocurre y a estar preparados, es importante no estancarse en ella y establecer horarios para informarse. Estar todo el día pendiente de noticias nuevas acerca del tema solo alimenta la ansiedad, la cual después podría provocar miedo.

“Al salir, esté consciente de sus sentimientos. Es normal sentir miedo y aprender a reconocerlo ayudará mucho en el proceso de aceptación y compasión, porque estamos ante una situación que no conocemos y para la cual no estábamos preparados. ¿Por qué pelear con nosotros y exigirnos ante algo de lo cual no tenemos antecedentes? Reconozcamos y aceptemos que tenemos miedo”, dice De León.

El miedo no hay que verlo como un enemigo, sino como algo que provoca protección. Aceptar esa emoción conlleva, también, no resignarse y enfrentarla. Si tiene temor al salir, respire profundo y siempre siga las medidas de precaución, resguarde la distancia adecuada y lávese las manos constantemente. Hasta el momento, esos son los únicos métodos de prevención, por lo que es la mejor forma de cuidarse. Además, evite salir si no es necesario, continúe con el confinamiento el mayor tiempo posible.

Consejos para superar el Síndrome de la Cabaña:

Para afrontar el miedo a salir, los profesionales de la psicología, Juan Carlos Barreda y Luchi de León recomiendan que cada persona vaya dando sus propios pasos sin sentirse forzado y que tome las medidas de prevención correspondientes al covid-19. Además, señalan:

-Salir de forma gradual: conforme menos riesgo de salir se tenga, es decir que la enfermedad esté más controlada y sea permitido, puede fijar objetivos para salir paulatinamente. Por ejemplo, primero salir cerca de casa y en entornos que le causen seguridad, como visitar a personas cercanas. Hasta el momento lo recomendable es no salir del hogar, a menos que sea totalmente necesario.

-Mantener las relaciones interpersonales: continuar en contacto con sus familiares y amigos, por videollamada o por llamadas. Esto le ayudará a calmar la ansiedad que provoca salir. Además, al saber que no está solo se sentirá reconfortado.

-Compartir sus sentimientos: Al hablar con sus seres queridos puede compartir sus sentimientos, de esta forma se dará cuenta que los demás también sienten las mismas emociones. Asimismo, entenderá que las sensaciones que experimenta son normales y le ayudará a aceptar su miedo. Si identifica que tiene un ataque de pánico o ansiedad elevada constantemente, lo recomendable es buscar ayuda profesional con un especialista en psicología.

-Mantener hábitos saludables: Cuidar su alimentación, mantener actividad física y distraerse con actividades que sean de su agrado lo mantendrá de ánimo y, en algún momento, con ánimo de salir. Además, cree un horario para informarse y leer noticias acerca del coronavirus. Es importante conocer las noticias, pero evite buscar información a cada momento.

ESCRITO POR:
Andrea Jumique Castillo
Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.