Fumar tabaco es un factor de riesgo conocido en muchas infecciones respiratorias que aumenta la gravedad de este tipo de enfermedades. Tras revisar diversos estudios, un grupo de expertos en salud pública reunido por la OMS el pasado 29 de abril estableció que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer covid-19, en comparación con los no fumadores.
El nuevo coronavirus es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. El tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades.
El consumo del tabaco es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por el covid-19.
La OMS recomienda a los fumadores intentar dejar de fumar lo antes posible mediante métodos de eficacia comprobada, como líneas de atención telefónica gratuitas para ese fin, programas que se basan en mensajes de texto por móvil o tratamientos de sustitución con nicotina.
Cómo dejar el cigarrillo
Byron E. vivía entre alcohol e intensificaba la sensación de la bebida cuando fumaba. Aunque el primer cigarrillo llegó antes que la bebida, apenas a los 12 años.
En su recuento de vida encontró que su llegada a este mundo de los ceniceros y el humo fue por imitación. En su adolescencia incluso tenía su propio programa de inducción para enseñarle a sus amigos más cercanos a fumar.
Habían pasado tres años de su encuentro con el cigarrillo cuando empezó a beber, así que la vida fue en ese camino de ahí en adelante.
A los 30 años era un empresario, casado y con una hija, pero en un momento quedó solo con su negocio y lo descubrió en un momento de sobriedad. El matrimonio ya había terminado por el alcoholismo que iba al lado de su cajetilla diaria de cigarrillos.
A esta edad también decidió empezar a tener un nuevo giro y el deporte le ayudó, así que se volvió triatlonista (nadar, correr y montar bicicleta). Sentía que el cigarrillo no le gustaba tanto, que disminuía su capacidad de rendimiento físico y empezó a tener los primeros intentos por dejarlo. Sin embargo, el alcoholismo hacía que volviera a él, una y otra vez.
Todos los fines de semana tomaba y las crisis se volvieron más fuertes, al punto de pasar semanas bebiendo donde pocas veces se negó a recibir un cigarrillo.
Un día decidió que no fumaría más y así lo hizo. Sus primeras 24 horas sin una de sus adicciones y el principio de otra vida.
Con la bebida el proceso fue distinto y más largo porque pasó una década más. Visitas al psicólogo, a la iglesia y a otros métodos hasta que llegó a Alcohólicos Anónimos y ahora acumula cinco años libre de fumar y beber. El método que incluye 12 pasos y convivir con otras historias de éxito fue suficiente.
“No hay nada que necesitemos para vivir que no esté dentro de nuestro cuerpo”, dice, convencido que ahora retomó su vida, tiene una nueva familia en la que recuperó la comunicación con su primera hija, una empresa próspera y otras nuevas metas que siempre incluyen el deporte.
Desinformación
En su portal web, la OMS asegura que se evalúan constantemente los estudios, incluidos aquellos en los que se examina la relación entre el consumo de tabaco, el consumo de nicotina y el covid-19. Esto debido a que algunas hipótesis sustentaban que la nicotina del tabaco podría tener un efecto preventivo en el contagio o en la reacción inflamatoria exagerada que provoca el nuevo coronavirus.
Dichas hipótesis se basan en la baja prevalencia de consumo de tabaco que presentan algunas series de casos clínicos de enfermos por el SARS-CoV-2. Por ejemplo, en una serie de 1,099 casos diagnosticados de covid-19 durante la epidemia en China se observó que solo un 12.6% de los casos eran fumadores y un 1.9% eran exfumadores.
También en Estados Unidos, de una serie de 7,162 casos de 50 estados de todas las edades, solo el 1.3% fumaba, una prevalencia de consumo de tabaco mucho más baja que la observada en la población general, mientras que el porcentaje de exfumadores en esos casos era del 2.3%, también más baja que en la población general.
Sin embargo, según la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), “a la hora de valorar estos estudios descriptivos, es necesario hacer hincapié en que, hasta no tener series de casos más completas, la baja prevalencia tanto de fumadores actuales como de exfumadores, podría estar relacionada con una baja cumplimentación de los registros o con un sesgo de selección”.
Como consecuencia de esta baja prevalencia de fumadores en casos de covid-19, un estudio francés lanzó la hipótesis de que la nicotina podría tener algún efecto preventivo a nivel de contagio mediante la disminución de la expresión de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE 2).
Esa enzima es el principal receptor del covid-19 para la entrada en el aparato respiratorio.
“Sin embargo, esta hipótesis contradice otros estudios que demuestran que la nicotina aumenta precisamente la ACE 2, haciendo más vulnerables a los fumadores a esta infección”, puntualiza la SEE.
*Con información de EFE.