POR LA LIBERTAD

No es opción un encierro total

|

El presidente Alejandro Giammattei, el domingo pasado dijo a la población que si los casos de enfermos por Covid19 seguían subiendo existía la posibilidad de cerrar el país por 15 días incluyendo la industria. Este comentario provocó reacciones encontradas y no es para menos.

' El presidente debe hacerle caso no solo a los médicos, sino también a los economistas si quiere evitar más muertes.

Ramón Parellada C.

Llevamos ya casi dos meses y medio de restricciones y encierro, pérdida de nuestros derechos individuales y libertad. El toque de queda nos limita los horarios en que podemos ir al supermercado o al banco. Por eso se dan estas aglomeraciones. Llevamos dos fines de semanas completamente encerrados en casa. Nos espera el siguiente también. ¿Qué de las familias que viven en una vivienda precaria, de láminas, en un espacio de 3 por 3 metros, por ejemplo, que durante el día se vuelve una sauna y en la noche lo contrario?

De acuerdo con el Censo de Población publicado el año pasado, en Guatemala hay 4.5 personas por hogar. Las viviendas con un solo cuarto son el 28% del total al igual que las de dos cuartos. El 27% de las viviendas tienen piso de tierra. El 44% de las viviendas tienen un solo dormitorio (toda la familia duerme junta) y el 31% tiene dos dormitorios. Sólo el 42% de la basura producida en los hogares se recoge privada o municipalmente, el resto o se quema, se tira en la calle, ríos u otros lugares. Y sólo el 59% de las viviendas tienen agua entubada en la casa. Esto es la realidad de nuestro país y ante esta realidad, imponer por la fuerza que la gente se quede en su casa es insano y una locura. La violencia intrafamiliar aumentó. Seguro que también los incestos y violaciones. Sin duda, los problemas de ansiedad y depresión están aumentando. ¿Es que no se toma en cuenta todo eso cuando se piensa en un toque de queda de 15 días continuos?

Bien decía el profesor Thomas Sowell: “Nada es más fácil que tener buenas intenciones. Pero cuando no se entiende cómo funciona una economía, las buenas intenciones pueden llevar a consecuencias desastrosas.” Las intenciones del presidente son las de contener los contagiados del virus para evitar que se saturen los hospitales. El sistema de salud de Guatemala es un desastre. Debería enfocarse principalmente en mejorarlo de inmediato con más énfasis que le actual. No debió monopolizar y controlar todo lo relacionado al virus. La competencia y la innovación permitirían que más gente tuviera acceso a más lugares donde se pudieran ser atendidos. Siempre el sistema privado a funcionado mejor que el público.

El presidente dice que prefiere salvar una vida a la economía. El tiene un concepto errado y pobre de lo que es economía. La economía es vida. No se opone a resolver el problema de esta pandemia, es su mejor aliado. Si la economía va bien entonces la gente tendrá sus ingresos y podrá llevar el sustento diario a sus casas. Además, el gobierno seguirá recibiendo sus impuestos para destinarlos a sus prioridades. Y se podrá seguir reforzando y donando equipos y accesorios a los hospitales para que puedan mejorar los sistemas de salud. Pero si nos encerramos y paramos la producción, la economía se viene a pique, la gente deja de recibir sus ingresos. Los que viven al día pasarán hambre y sufrirán de otras enfermedades. Más empresas quebrarán y no sabemos cuánto costará recuperarse a las que queden debilitadas.

No, cerrar el país no es opción, el país debe abrirse ya. Cuanto antes mejor, con las medidas y protocolos que sean necesarios, pero abrirse ya. La ayuda del gobierno no es ni suficiente ni llega a tiempo ni a todos. El presidente debe hacerle caso no sólo a los médicos sino también a los economistas si quiere evitar más muertes.

ESCRITO POR:

Ramón Parellada

Empresario. Catedrático universitario. Director del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).