Esta fue una de las ponencias que se discutió en el foro “la disrupción de las cadenas de abastecimiento por el covid-19 y cómo Guatemala puede aprovecharlo mejor”, que organizó la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa).
En el evento también se plantearon propuestas para poder recuperar la pérdida y el daño causado por el coronavirus al aparato productivo.
“Desde luego de la reapertura de la economía, el país tiene la oportunidad de aprovechar la cercanía con Estados Unidos para atraer inversión que permita acelerar los procesos de capitalización”, explicó Juan Carlos Paiz presidente de Fundesa.
El ministro de Finanzas Álvaro González Ricci afirmó que se tiene la disponibilidad de US$1 mil millones -Q7 mil 700 millones- con la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (DFC) de los EE. UU., para que las empresas y el sector privado puedan trabajar y desarrollar proyectos de inversión que impacten en la economía sobre todo la generación de empleo y evitar la migración.
“Estamos inyectando Q13 mil millones en programas sociales que van a dinamizar la economía y el consumo interno”, apuntó el ministro al hablar sobre el proceso para la reapertura gradual de las actividades productivas y los diferentes protocolos que se van a implementar para evitar los contagios del covid-19.
“Ver lo interno”
La expositora Yara Argueta del Grupo Solid precisó que se debe voltear a ver a la economía interna y regional como proveedores de insumos, materias primas e impulsar el mercado interno de bienes y servicios.
“El primer mercado que tenemos que abastecer es el local y nosotros muchas veces hemos cambiado a proveedores locales por chinos que eran más baratos y los empresarios cerraron líneas de producción porque no podían ser competitivos, y hoy tenemos que abrirnos a las oportunidades localmente”, afirmó Argueta.
El otro gran mercado es Centroamérica, y Guatemala es el más industrializado y el país que menos impacto en la economía tendrá por la pandemia, y hay que aprovechar ese mercado atacando a los clientes que dejaron de adquirir los bienes y servicios, subrayó la ejecutiva, quien recomendó a los empresarios que tienen que actuar rápido y acelerar sus procesos de ventas o comercialización para aprovechar ese temor que está latente, antes que se comience a resolver las cadenas de abastecimiento.
Declaró que también hay que atender el mercado de los Estados Unidos que es el principal, pero que también otros países afectados también lo van a atender.
“El tema más importante es la rapidez para movernos, abastecer el mercado local, regional y lo que podamos y para eso tenemos tener una visión amplía y generar las oportunidades que hoy se pueden generar”, aseguró.
Recordó que hay que activar las cadenas de abastecimiento y reactivar la economía “como un círculo virtuoso”, y voltear a los propios proveedores para desarrollarlos y poder ayudar, con valores agregados y hacer cosas diferentes a las que se hacían.
Al respecto dijo que ya hay trabajos avanzados en los diferentes clústeres para poder aprovechar, y Guatemala tiene ventajas desarrolladas en productos perecederos.
Enorme potencial
Tomás Rosada, director global de Agricultura y Alimentación del Banco Mundial (BM), aseguró que la pandemia cambiará la política económica, la manera de hacer negocios, la política social y el intercambio comercial del país.
Afirmó que los mercados locales tienen un gran valor y es un tema que se habla ahora de la recomposición de las cadenas de suministros, así como mantener el recurso humano que está formado y entrenado en cada una de las empresas del tamaño que sea,
Rosada explicó que para el caso de los sistemas agrolimentarios, en comparación con la crisis del 2008 los mercados se cerraron, pero ahora es distinto y hay producción de bienes y disponibilidad y el desafío será de como trasladarlos y como las cadenas de suministros funcionen, para que la producción que existe pueda llegar a su destino final.
Explicó que el 61% de la producción agropecuaria en Guatemala es de pequeños y medianos productores, y medio millón de jóvenes empleados en el sector y una sociedad más rural de la región de con respecto a otros países de Latinoamérica.
“Esto lo que no hace dibujar un paisaje muy interesante en los términos de cuáles son las oportunidades que el sector podría tener para aprovecharlas, ser parte de la solución, de la respuesta y de la recuperación que todos estamos esperando y tratando de anticipar”, recalcó.
Al respecto dijo que desde la visión del BM observan tres aspectos para apostarle a este sector: la disponibilidad de recursos financieros o liquidez, la mano de obra y la logística.
Para la ejecución de los programas sociales de apoyo en Guatemala, Rosada dijo que es muy importante aportar las ideas como sociedad para la implementación sucedan en el menor tiempo posible, ya que cada semana que pasa hay presión para las pequeñas y medianas empresas aumentan y proteger ese tejido empresarial.
Además, que se entra a los meses de simbra del ciclo agrícola y de nuevo el llamado al sentido de urgencia y rapidez que los insumos estén a tiempo y la celeridad que se precisa, y en el tema logístico Guatemala está en una zona privilegiada para poder aprovechar los mercados y hacer un uso eficiente geográfica.
Rosada también comentó sobre las restricciones para el crecimiento y la productividad, con brechas enormes y una tasa de pobreza extrema que no se ha logrado reducir, y son consumidores que no tienen ingresos que podrían tener parea consumir, y aprovechar parea redinimizar la economía.
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— FUNDESA (@FUNDESA) May 27, 2020
Perecederos
Rosada citó como ejemplo el potencial que cuenta los productos perecederos, y actualmente desarrollan una estrategia con el Ministerio de Economía (Mineco) para dinamizar una serie de cadenas de valor en Guatemala.
“Este es el momento para hacer las inversiones que hacen falta para agroindustrializar las cadenas de valor que ya se cuentan en el país con mucho potencial, pero para invertir los bienes públicos agroindustriales y hay un espacio enorme para que el país invierta en inocuidad y trazabilidad que darían mucha más competitividad que tienen algunas materias primas y que podrían representar nuevas oportunidades de negocios”, aseguró.
Además de invertir en sistemas de monitoreo de precios de mercado que están haciendo otros países y autoridades del ramo, volteando a ver los sistemas de información para poner a disposición de los empresarios para tomar mejores decisiones.
Estas inversiones tendrán una alta rentabilidad privada, pero también social.
La agenda de pérdidas y desperdicios hay que posicionarla en el país y hay producción agroalimentaria que se pierde y desperdicia, tanto en la producción desde la finca hasta la mesa del consumidor en todos los encadenamientos intermedios.
“Invertir en esas ganancias de eficiencia nos podría ayudar de sobremanera”, destacó.
Se informó que el BM está trabajando la iniciativa para incrementar el acceso a mujeres agricultoras al mercado, por medio de herramientas tecnológicas, como una asistencia técnica no reembolsable que inició este año.
Y la otra iniciativa que está en fase de propuesta es la preparación de un proyecto de inversión enfocado en aumentar la productividad en la agricultura y los agronegocios.
