SIN FRONTERAS
Giammattei: Un presidente increíble
¿Hacia dónde camina, Alejandro? ¿A dónde pretende llegar? La palabra increíble es amplia. Aquí tres usos que le pueden aplicar. Usted escoge con cuál se queda.
Increíble Giammattei: Un tipo a quien es muy difícil de creer. La confianza, conciudadano Alejandro, se gana, no se impone. Ya verá que no hay grito que accione el botón de la credibilidad. Y para lograrlo, el esfuerzo pasa inevitablemente por una comunicación efectiva. No hay de otra. Monopolizar fuentes de información jamás convencerá. Cerrar la comunicación refleja debilidades. Disculpe que le sea tan franco, pero una voz brava no es lo que se necesita. Es inaceptable que un presidente se escabulla, que huya del público que le quiere cuestionar. Ese actuar es la antítesis del liderazgo. Tome por ejemplo a Angela Merkel, quien ayer destacó el valor de la prensa crítica en esta crisis. Reprobó los totalitarismos. El autoritarismo es más para los débiles de espíritu. Le invito a repasar comportamientos. El incidente del viernes contra la periodista de Guatevisión fue penoso. Ella solo planteaba dudas que todos tenemos. No hay otro espacio. Usted no invita a conferencias de prensa abierta. Es justo decir que ahí cabe un viraje. Reciba a la prensa, compatriota Alejandro. Necesitamos discusiones y respuestas serenas.
' Esta aún puede ser una oportunidad para un presidente que apenas empieza su período.
Pedro Pablo Solares
Increíble, Giammattei: Que es de no creer lo que hace. Señor, nadie, absolutamente nadie —más que un perverso—, le desea el fracaso. Las opiniones disidentes vienen también de quienes dependemos de la asertividad de sus medidas. No solo por el interés general, hoy, también, por necesidades personalísimas. Tememos por nuestra salud. Tememos por nuestras personas queridas. La crítica es para aportarle, sumarle; no para destruir. Esta crisis global quizás no tiene precedentes. A la amenaza de salud se suma el desastre económico. El secretario Antonio Gutérres se sumó a quienes califican esta como la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Escuché que en Inglaterra la ven como la peor caída en tres siglos. El mundo, entre la espada y la pared, no parece tener estrategia perfecta. Es increíble que su gobierno pretenda afrontar esto con improvisación. Los virajes que hemos presenciado son increíbles. Hace una semana le escuchábamos hablar sobre buenas noticias. Eso creó relajamiento social. Triunfalismo anticipado. Letras como las de la doctora Karin Slowing se lo advirtieron, semana a semana. El virus, enemigo común, es poderoso. Pero se podría llegar más lejos con adecuada planificación. Lo de las tiendas abarrotadas este viernes deja claro que no es tiempo para improvisar.
Giammattei, el increíble. Esta aún puede ser una oportunidad para un presidente que apenas empieza su período. Ciertamente, el Estado que recibió arrastra debilidades centenarias. Se nota que usted, como buen político, desea el reconocimiento de su alto cargo. Solo en la cadena del viernes le escuchamos recalcar su puesto no sé cuántas veces. Imagino la presión de los sectores egoístas por que abra el mercado, a cualquier costo. Sabiendo la dificultad de la tarea, ¿en serio quiere usted monopolizar la responsabilidad? Sonaría más racional que abra círculos para el estudio de las soluciones. Convocar a un consejo temporal multisectorial de altos asesores que lo apoyen para proteger racionalmente la salud integral. Eso le proveería dos beneficios: Primero, podría sumar talento nacional en diferentes áreas, y segundo, democratizaría la responsabilidad de las decisiones. El resultado lo obtendríamos todos. No sería un asunto personal. El liderazgo real evita las ansias de protagonismo.
Conciudadano Alejandro, aquí, pues, tres formas de ser recordado como un presidente increíble. Ojalá, por el bien de todos, que sea sabio. Nuestras vidas, y nuestra economía, dependen de ello.