“Esto se decidió ya que nos dimos cuenta que los médicos necesitaban un lugar donde poder estar. Algunos vienen de lugares muy lejanos y otros buscan proteger a sus familias, acá nosotros de manera gratuita decidimos brindarles hospedaje, alimentación, transporte de la casa a los hospitales, un kit de limpieza y lavandería para que puedan estar en un lugar cómodo y seguro y con ello seguir siendo la primera línea de combate de este virus“, explicó Verónica Caminade, coordinadora de proyecto de la Fundación Infantil Ronald McDonald.
“Un lugar seguro”
El cansancio en los médicos es evidente, pues muchos han estado más de 24 horas trabajando, y algunos son del interior del país, pero a otros el miedo de un posible contagio durante su labor los hizo dejar su hogar temporalmente.
Óscar Hernández, quien va llegando a la casa luego de pasar 24 horas de turno, tiene 45 años y es un médico que vive en Villa Nueva y que ahora labora en el hospital temporal del Parque de la Industria, pero ha preferido escoger este espacio para evitar poner en riesgo a su familia por la proximidad que tienen con los pacientes infectados.
“Son varios factores los que lo motivan a uno. Ya habíamos platicado con algunos colegas de que era necesario que nosotros tuviéramos un aislamiento por varias razones, dentro de ello es que nosotros necesitamos estar enfocados al 100 por ciento en los pacientes. El ofrecimiento de la Casa nos ayuda, pues de acá nosotros salimos en el busito, ellos nos llevan y nos traen, por lo que no nos preocupamos por ello. No solo es la alimentación, la lavandería o el transporte, sino que es un lugar en donde nosotros nos sentimos en paz, en tranquilidad, y podemos concentrarnos mejor para realizar la labor que tenemos con los pacientes, que es con quienes estamos comprometidos. Desafortunadamente, hemos oído de algunos casos en los que colegas se infectan y sabemos que nosotros podríamos en algún momento dado contagiar a nuestra familia, y la prioridad para nosotros es cuidarnos a nosotros, a nuestra familia y contribuir a que la enfermedad se vaya reduciendo”, comenta el profesional.
“Vivo con personas vulnerables”
Lorelai Guerra es una médica pediatra que labora en el Hospital de Villa Nueva, municipio en el que también reside, pero ahora se encuentra atendiendo a los niños que han dado positivo. En su hogar viven sus papás de avanzada edad y su hermano que es asmático, algo que los convierte en personas de alto riesgo a contagios.
“Necesitaba salir de mi hogar, estuve buscando dónde vivir pero no encontré y entonces el estar acá me han brindado ese resguardo para mí y para mi familia, ya que la carga emocional que tiene estar trabajando aislado con un tema tan delicado, manejando una enfermedad altamente contagiosa, no solo resulta en una carga altamente física, sino también emocional y psicológicamente, pero este espacio nos permite al menos saber que nuestra familia está segura”, comenta Guerra.
“No somos héroes, necesitamos que nos apoyen”
“No somos héroes, la verdad es que somos humanos, somos médicos que estamos cumpliendo con nuestra función. Nos preocupa ver cómo la gente ha tomado las cosas a la ligera, nosotros estamos tratando de cuidarnos, lo que implica alejarnos de nuestra familia, ya que así evitamos ser una fuente de contagio, y contar con un espacio como este en donde nos brindan los servicios básicos, nos incentiva a poder seguir trabajando. Sin embargo, necesitamos el apoyo más aún de la gente, que colabore estando en sus casas y más médicos que nos puedan venir a ayudar”, indicó el médico internista que ahora labora en el Parque de la Industria, Gamaliel Velásquez.