ECONOMÍA PARA TODOS
Coronabonos del tesoro no reembolsables
El Congreso de la República aprobó en la madrugada del 3 de abril 2020, a iniciativa del presidente Alejandro Giammattei, el decreto para disponer de once mil millones de quetzales para atenuar los efectos económicos provocados por el covid-19 (coronavirus).
' Se propone emitir coronabonos en quetzales a tasa de interés cero y no reembolsables.
José Molina Calderón
El mecanismo financiero consiste en utilizar el equivalente al 10% de las Reservas Monetarias Internacionales que superan los catorce mil millones de dólares, por mil cuatrocientos millones de dólares, equivalente a once mil millones de quetzales. Como no se le puede dar un subsidio a la gente con monedas de oro metálico que es lo que tiene físicamente el Banco de Guatemala, Banguat —por imposibilidad de hacerlo— ni se le puede dar un cheque en dólares de las inversiones bancarias del Banguat, el mecanismo es otro.
Ese mecanismo consiste en adquirir coronabonos del Tesoro, emitidos por el Ministerio de Finanzas, primos hermanos de los Eurobonos, para que el dinero llegue a dicho ministerio y proceda a ejecutar el plan previsto. No es dinero inorgánico, aquel que el Banguat emitía sin ningún respaldo. Acá el respaldo está en las Reservas Monetarias Internacionales.
Por ser una situación de emergencia y extraordinaria, mi sugerencia es que los coronabonos se emitan en quetzales, a tasa de interés cero, no reembolsables, de tal manera que esos bonos no aumenten la deuda pública de Guatemala. Dicho de otra manera, no hay intereses y es equivalente a una donación, que es lo que significa la palabra no reembolsable, y para lo que sirven las Reservas, como las joyas de la abuelita.
Un efecto indirecto de esta propuesta es que acelerará la digitalización tanto de las personas como de los bancos y comercios. Se podrán abrir cuentas de débito-al igual que se hace en la China Continental- sin necesidad de presentarse físicamente al banco o emisor de la tarjeta. Basta con dar a conocer el documento personal de identificación (DPI), vencido o vigente, y el chip facilitará recibir el subsidio que se ofrece. Será una bancarización masiva. Después de la Semana Santa se podrá analizar la propuesta en detalle.
Sólo una vez en Guatemala se ha dado el caso de un problema económico como el que está empezando ahora. Fue con motivo de la Gran Depresión de 1929, en la que el presidente Jorge Ubico, el 15 de febrero de 1931, cuando asumió el cargo, a los catorce meses del problema, agarró el timón de las medidas anticrisis.
Guatemala dependía del café de exportación, tanto para el ingreso de divisas como para el empleo, y los precios cayeron de más de veinte quetzales por quintal a cuatro, cuando la paridad era de un quetzal igual a un dólar. Empero, aunque había aparentemente precio, los compradores no hacían pedido del café.
En esa época el mayor empleador era el Estado, había poca empresa grande, alguna mediana y muchas pequeñas. La primera decisión fue bajar el salario del 100% nominal al 25%. Por ejemplo, la secretaria del Banco Central ganaba trescientos quetzales al mes y se lo redujeron a setenta y cinco. Así fue en todo el Estado, y en las empresas pasó lo mismo.
El Gobierno garantizó comida barata (maíz, frijol, arroz, leche, azúcar, pan, en fin toda la canasta básica). El transporte urbano capitalino costaba tres y cinco centavos. Se hizo obra pública, tanto los edificios conocidos de la Capital, como caminos y puentes, hubo empleo. Había seguridad pública total y absoluta, y de vez en cuando un fusilamiento para poner a todos firmes.