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Coronavirus: 7 formas de proteger el empleo de los colaboradores en la empresa
En la pandemia del COVID-19, estamos enfrentando la peor crisis de nuestra generación. El virus se ha extendido a casi todos los países, infectando a cientos de miles de personas confirmadas y muchas más que todavía no sabemos.
Crear un comité de emergencia y brindar condiciones a los colaboradores es parte de la responsabilidad de una empresa en la crisis del covid-19. (Foto Prensa Libre: EFE)
El fenómeno que empezó como una crisis de salud es hoy también una crisis económica sin precedente en muchas décadas. Ha generado posiblemente el impacto negativo más rápido y severo de la historia. Y tiene características distintas a crisis económicas recientes como las de 2001 y 2008, al generar simultáneamente “shocks” dramáticos tanto por el lado de la oferta como de la demanda.
Las cadenas de suministro se están viendo interrumpidas por la suspensión de actividades para proteger la salud de los colaboradores. Al mismo tiempo, la demanda se va contrayendo debido a las restricciones en el acceso a los puntos de venta y de consumo.
La incertidumbre impera y los consumidores son más prudentes con sus gastos, evitando aquellos en bienes no esenciales, mientras no exista claridad sobre el futuro. Este “shock” de demanda también se está convirtiendo en una disminución en el ingreso disponible para los colaboradores que van siendo afectados por la suspensión o cierres de sus fuentes de empleo. Esta crisis plantea retos enormes para la gerencia y supervivencia de nuestras empresas.
Esta crisis plantea un contexto de mucha volatilidad, incertidumbre y confusión para el liderazgo y los colaboradores de la empresa. Enfrentarla requiere de un constante monitoreo del entorno, actualización de información y toma de decisiones de manera expedita. Recomendamos establecer un “centro de operaciones de emergencia” desde donde se lidere la gestión de la crisis.
Protección de los colaboradores y del empleo
Las empresas deben desarrollar planes de salud y seguridad ocupacional siguiendo las recomendaciones de las Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades de salud locales. Nuestra prioridad debe ser que los colaboradores y sus familias estén protegidos de los riesgos de salud generados por el COVID-19.
Esta fuerza de tarea tiene que asegurarse que los lineamientos sean comunicados de manera clara y oportuna a los colaboradores, así como también actualizados de manera periódica de acuerdo con la evolución de la crisis.
Los lineamientos deben incluir tanto medidas de prevención para el contagio, como medidas de atención en caso de sospecha o confirmación de contagio. Se debe mantener una comunicación de doble vía y verificar in situ que estas medidas se están cumpliendo cabalmente.
También, es importante que entremos en comunicación con nuestros proveedores para que conozcan los lineamientos bajo los cuales estaremos trabajando y realicemos las coordinaciones necesarias para que todas las partes estén alineadas con el nuevo enfoque. La efectividad de nuestras acciones preventivas se puede ver reducida en la medida que los stakeholders que interactúan con la organización no trabajen en sintonía.
Estamos viendo que una importante fracción de las empresas está migrando a sus colaboradores a modalidades de “teletrabajo”. Por lo tanto, se hace importante que le brindemos el apoyo necesario a los colaboradores para que puedan realizar su trabajo a distancia de manera segura y productiva.
Esto incluye la habilitación y entrenamiento en las aplicaciones tecnológicas colaborativas para realizar coproducción de contenido (ej., Google docs), video y audio conferencias (ej., Zoom), plataformas para compartir archivos (ej., Dropbox) y accesos a los softwares empresariales del negocio (ej., SAP).
La crisis del COVID-19 inevitablemente afectará el empleo de una u otra forma. Estimaciones preliminares de la Organización Internacional del Trabajo (2020) estiman que el número de desempleados incrementará en un rango del 3% al 13%. Este proceso ya ha empezado con la pérdida de miles de empleos en nuestros países.
Debemos trabajar con transparencia y tratar de generar confianza con nuestras comunicaciones y acciones. Estas siempre tienen que seguir principios de equidad, justicia y solidaridad, pero con la responsabilidad y valentía necesaria para la sostenibilidad de la empresa.
Consideremos que hacer promesas que no podemos cumplir puede ser un grave error. Todos debemos estar conscientes que son tiempos difíciles. Dependiendo de la legislación laboral de cada país y la capacidad real de nuestras empresas en la coyuntura, tendremos la posibilidad de implementar diferentes esquemas que busquen al mismo tiempo proteger el empleo y procurar la sostenibilidad de la empresa durante la crisis.
7 recomendaciones
A continuación, mencionamos algunas de las principales en orden de menor a mayor severidad:
- Reasignar colaboradores a otras actividades productivas en las que se necesite apoyo adicional, actividades de preparación para la reactivación e, incluso, actividades de apoyo para otras organizaciones que enfrentan demanda inusual de sus productos o servicios.
- Envío de colaboradores a vacaciones, reduciendo el saldo acumulado en esta prestación laboral.
- Reducción de compensación variable y beneficios monetarios como incrementos salariales, comisiones, bonificaciones, entre otros.
- Reducción de la jornada laboral diaria y de la compensación en la misma proporción.
- Suspensiones laborales y de la respectiva compensación temporalmente, pero manteniendo acceso a beneficios de salud y otros esenciales de la seguridad social.
- Transición de formas de contratación de tiempo completo a tiempo parcial.
- Reducción del empleo.
Al mismo tiempo, será necesario que nuestros gobiernos tomen medidas de protección del empleo para reducir el impacto negativo de la crisis. Algunas de estas medidas podrían incluir la reducción temporal de la carga tributaria patronal, de aportes a la seguridad social, de aportes laborales, exoneraciones a equipos de protección personal, subsidios directos al salario, entre otros.
Octavio Martínez es director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) y Profesor de Estrategia de Negocios, INCAE Business School