CATALEJO

La crisis permite conocer si hay liderazgos o no

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En las crisis como la actual suelen surgir o afianzarse los líderes de varios campos de la actividad humana. La más obvia es la política y le siguen la ciencia y más atrás, la religión. Debe ser necesaria una conducción adecuada del líder de un país, la presencia de científicos decididos a trabajar, descubrir, inventar, y a esa necesidad humana, en mayor o menor grado, de escuchar la voz serena de líderes espirituales para hallar respuestas en la divinidad. Los jefes de estado tienen la oportunidad de entrar a la Historia, pero para ello necesitan actuar en base al criterio de hacer el bien, o el mal menor, a la mayoría de la población, sin distingos. Debe ser una peculiar mezcla, porque nadie tiene la Verdad, sino sólo una de las numerosas verdades.

' Los líderes religiosos deben circunscribirse a sus temas, pero al mismo tiempo dar una voz oficial de guía para sus feligreses.

Mario Antonio Sandoval

Una verdad para los políticos es pensar en primer término en sus beneficios electorales o partidistas. Es inevitable. En el caso de Guatemala, Alejandro Giammattei ha actuado mejor en su calidad de médico, y como político ha tenido errores perdonables por las circunstancias, pero rechazables si se insiste en hacer lo mismo. En este campo, el presidente guatemalteco tiene un importante punto a favor: haber actuado con celeridad, aunque sin atender las sugerencias de médicos guatemaltecos residentes en el exterior. No lo hicieron Trump, López Obrador, Ortega, Maduro, quienes han tomado muy tarde medidas urgentes necesarias recomendadas por científicos y médicos, como es la cuarentena generalizada, ahora necesariamente más larga y talvez menos efectiva.

En el caso del mundo occidental, con estados separados de las banderías religiosas, el asunto se complica cuando quienes encabezan grupos de fieles se les ocurre contradecir a los científicos y a los políticos. En este campo ha habido casos lamentables de jefes de iglesias no-católicas en algún país africano, donde el líder de una secta ordenaba a sus seguidores no cumplir las órdenes del gobierno y por eso fue encarcelado. Me enteré del increíble caso de un pastor dirigiéndose a los fieles para informarles de la decisión de no hacer servicios religiosos presenciales, pero sí pedirles depositar sus ofrendas o donaciones en una cuenta bancaria. Vi la filmación de un pickup policial con un agente hablando de quedarse en casa porque Jesús así lo quiere.

Los científicos deben seguir su tarea y la dirigencia religiosa debe circunscribirse a temas espirituales. Por eso fue valiosa la decisión del Papa Francisco de salir sólo él, bajo la lluvia, en la inmensa plaza de San Pedro, en Roma, para dar la bendición urbi et orbi (para la ciudad y para el mundo). Fue una ceremonia memorable porque seguramente no se repetirá, y el mensaje estuvo dirigido a todos, no solo a los católicos del mundo, el grupo cristiano más antiguo y numeroso. No fue un acto político ni tampoco científico. Fue espiritual, y por eso puede ser aceptado por quienes no profesan esa fe o se han retirado por motivos personales y por ello no comentables. Fue un mensaje de fondo religioso en un mundo donde el laicismo estatal es casi unánime.

Las autoridades eclesiásticas deben pronunciarse oficialmente, no con mensajes dispersos. Por eso extraña el silencio de la Conferencia Episcopal, incluso del cardenal Ramazzini. Los líderes deben pronunciarse si se sienten como tales. El papa dio un ejemplo excelente, digno de imitación. La crisis ya está en la mitad de su tercera semana y pronto todas las voces serán importantes para dar fuerza a fin de permitirle a quienes ya no tengan comida para sus familias, no caer en el trágico error del pillaje. El hambre es mal consejero. En esta nueva etapa las autoridades de cualquier importancia necesitan ver el panorama desde arriba, para así descubrir las diversas facetas de una realidad avasalladora para todos, donde no hay espacio para la miopía mental.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.