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“China está dispuesta a continuar compartiendo sin reservas información y experiencias con Estados Unidos”, afirmó Xi, según la televisión pública CCTV.
En las últimas semanas, Trump acusó en varias ocasiones a las autoridades chinas de haber tardado en comunicar sobre la gravedad del nuevo coronavirus. Según el mandatario estadounidense, la propagación podría haberse limitado. Pekín acusó a Trump a su vez de “evadir sus responsabilidades”.
Además, Trump y su secretario de Estado, Mike Pompeo, incrementaron la tensión con Pekín al referirse al patógeno como “virus chino” en varias declaraciones públicas.
Por si la tensión fuera poca, un portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores sugirió a principios de marzo en un tuit que el ejército estadounidense podría haber llevado el COVID-19 a la ciudad china de Wuhan, donde brotó la epidemia en diciembre.
Pero la conversación telefónica del viernes pareció enterrar por ahora el hacha de guerra. El propio Trump envió un mensaje en este sentido nada más conversar con su homólogo.
“Acabo de tener una conversación muy buena con el presidente chino Xi”, dijo el mandatario en Twitter.
“Hemos hablado en detalle del coronavirus, que está arrasando una gran parte de nuestro planeta. China ha sufrido mucho y adquirió un sólido conocimiento del virus. Trabajamos en estrecha colaboración. Mucho respeto”, dijo Trump.
La llamada telefónica entre los dos dirigentes coincide además con un aumento espectacular de las infecciones por coronavirus en Estados Unidos, donde ya se superaron los 82.000 contagios, lo cual convierte al país en el primero en el mundo en número de casos.
Los hospitales estadounidenses se enfrentan a una carestía de material y de equipamiento médico, que las empresas chinas podrían paliar gracias a sus enormes capacidades de producción.
Xi reconoció que las relaciones bilaterales se encuentran en un momento “particularmente crucial” y consideró que la cooperación es “la única buena decisión” que se puede tomar actualmente.
“Espero que Estados Unidos tome acciones concretas para mejorar las relaciones bilaterales”, añadió el mandatario chino, agregando que algunas regiones chinas y también empresas del país habían suministrado equipamiento médico y otro tipo de apoyo a Estados Unidos en su lucha contra el coronavirus.
Antes del inicio de la pandemia, los dos países libraban una guerra comercial debido a la decisión estadounidense de imponer derechos de aduana que castigaban a los productos chinos.