LA BUENA NOTICIA

Criminales y corruptos cooptaron las cortes

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Por ahora no vemos la misma contundencia en el hablar que se muestra hacia las maras y encapuchados asesinos de policías que con los criminales y corruptos que cooptaron no solo las cortes, sino el Estado entero, pues también matan a niños, campesinos e indígenas por las condiciones miserables en que viven, por su voracidad por apropiarse del erario.
Señor presidente, ellos también son unos “cobardes”, “malditos”, y merecen “la pena máxima”. Estos no se tapan la cara porque el régimen de impunidad vigente los protege, por eso van campantes entre los partidos políticos y el Congreso, en el Ejecutivo y Legislativo, pero son igualmente unos asesinos. Contribuya Usted con acciones igualmente contundentes para “que todo el peso de la ley caiga sobre estos malditos”.

El país quedó hecho trizas con el gobierno anterior. Los corruptos y mafiosos recuperaron su espacio. Ahora entendemos mejor los motivos para desmantelar la Cicig y debilitar el MP, como estrategia del Pacto de Corruptos al que se plegaron elites empresariales y militares y la derecha recalcitrante del país, con la bendición de algún alto funcionario eclesiástico. Los poderes oscuros que capturaron al Estado se envalentonaron y ahora están dispuestos a todo con tal de mantener sus privilegios y proteger el sistema de impunidad. Mostraron sus colmillos de fieras salvajes en las comisiones de postulación de magistrados para las salas de Apelaciones, la Corte Suprema de Justicia y magistrados del TSE.

Señor presidente, esa estrategia Usted no la ha denunciado, más bien ha guardado silencio. ¿En serio “vamos por una Guatemala diferente”? Diría que sí, pero solo si el gobierno que Usted encabeza es capaz de emprender una tenaz lucha contra la corrupción y la impunidad que supere con creces lo alcanzado por la Cicig y el MP en tiempos de Iván Velásquez y Thelma Aldana, aunque ello implique confrontar a los integrantes y defensores del Pacto de Corruptos, con quienes Usted se alió en el Congreso. Hasta el momento no vemos ninguna señal en esa dirección. Esa Comisión Presidencial contra la Corrupción que formó es como pretender atar perros con chorizo o para taparle el ojo al macho, comentan los campesinos con quienes trabajo.

El proceso de postulación para integrar las cortes colapsó, fue maleado por políticos que sobreviven en las cloacas de la corrupción y de los narcos; por jueces y magistrados carentes de ética y del genuino sentido de justicia; por abogados convertidos en perros falderos de poderes ocultos y de políticos corruptos; por la academia, representada en algunos decanos complacientes con el statu quo. Hasta empresarios se entrometen para proteger sus negocios y defender sus intereses. Estas instancias se burlaron de la población y atropellaron la dignidad de la dama de la justicia, prostituyéndola, como prostituyeron los fines nobles de las instituciones que representaban. Convirtieron en un océano de estiércol la justicia en el país, favoreciendo la impunidad, la corrupción, el tráfico de influencias y la permanencia de jueces y magistrados complacientes con políticos mañosos y narcotraficantes peligrosos.

' ¿En serio “vamos por una Guatemala diferente”?

Víctor Manuel Ruano

¿Cómo salir de ese océano de estiércol? es uno de los retos más grandes que tiene. Lidere una verdadera reforma del proceso de postulación y elección de las cortes y de todo el sistema de justicia. Impulse de inmediato un diálogo cuyos resultados sean vinculantes para determinar qué aspectos se deben reformar, que permitan tener gente capaz y honesta, idónea y amante de la justicia en las cortes.

Si usted logra, entre los tres organismos del Estado, implementar estrategias eficaces que garanticen la aplicación de la justicia para todos y el combate de las redes criminales incrustadas en el Estado y la sociedad, entonces sí vamos en serio por una Guatemala diferente.

ESCRITO POR:

Víctor Manuel Ruano

Presbítero de la Diócesis de Jutiapa. Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Gregoriana, Roma. Fue rector y profesor del Seminario Nacional de la Asunción, Guatemala, y vicerrector académico Cebitepal, Colombia.