Ellos esperan que en el transcurso del camino se unan más personas.
“La falta de trabajo nos tiene colapsados. Soy electricista y tengo ocho años de no tener empleo. Estamos conscientes del riesgo, pero ya hablamos con nuestras familias porque ya no podemos seguir adelante sin tener ingresos económicos”, manifestó Bryan Molina, quien llegó desde San Lorenzo, Valle.
Julio César Ruiz también decidió ir en busca del “sueño americano”.
Dijo que solo lleva una pequeña maleta con poca ropa y que tuvo que ser albañil para poder llevar el sustento a su familia, pero ya tiene varios meses sin trabajo y por eso se sintió motivado a tomar la decisión de irse y probar suerte.
Ruiz llegó desde Choluteca acompañado de varias personas, por el mismo motivo.
Élida López no pudo contener sus lágrimas mientras comentaba que es madre soltera de cuatro hijos y no tiene trabajo, razón por la que se quiere ir.
“Me vine desde Olancho y de mi familia. Solo yo tomé la decisión de irme, porque aquí hay inseguridad, sobre todo para las mujeres. Ahora hasta andar en la calle es peligroso y tengo que mantener a mis hijos. Espero tener suerte y llegar a Estados Unidos para tener trabajo”, expresó.
Carlos Pérez dijo que se va como parte de una promesa que le hizo a sus padres de ayudarles. Aseguró que no ha podido encontrar empleo y solo tuvo como alternativa agregarse a la caravana junto a otras personas que la acompañan desde Comayagua.
Un señor identificado solamente como Jarlyn Antonio, comentó que vino desde México para brindarles protección a los que integran el grupo.
“La Iglesia Católica me pidió que viniera para apoyarlos. No formo parte de ellos, solo es para ayuda durante el camino. Ya están los albergues en toda la ruta migratoria. Ahí se les proporcionará dormida, comida, agua, cepillo y pasta dental, y se les dará ropa a los que necesiten”.
Con información de ElPais.hn
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