Trump describió a Kelly como “un gran tipo” y subrayó que aprecia “mucho su servicio” durante el último año y medio al frente de la oficina presidencial de la Casa Blanca.
“Anunciaré quién reemplazará a John, probablemente de forma interina, en el próximo día o dos”, agregó el presidente.
Como jefe de gabinete, el trabajo de Kelly consistía en ejercer de “guardián” del Ala Oeste, manejando la agenda y reuniones de Trump, dirigiendo negociaciones legislativas y asegurándose de que sus medidas se ajustaban a sus objetivos políticos.
En enero, su relación con Trump llegó a un pico de tensión, después de que Kelly dijera a un grupo de legisladores que el presidente no estaba “completamente informado” sobre inmigración cuando hizo sus promesas de campaña relativas al muro con México.
Peleas
Según varios medios, Trump se puso “furioso” cuando se enteró de esas declaraciones de Kelly, y las peleas entre ambos se volvieron frecuentes, pero el obstinado general siguió firme y hace unos meses se comprometió con el presidente a seguir en su cargo hasta 2020.
Pero Trump, cada vez más preocupado por la campaña de reelección en la que tendrá que embarcarse dentro de un año, comenzó a decir a sus confidentes que Kelly no tenía un enfoque lo suficientemente “político”, de acuerdo con el diario The Washington Post.
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El presidente quiere que su sustituto sea Nick Ayers, el jefe de gabinete del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, aunque ese funcionario de 36 años solo se ha comprometido de momento a ejercer el cargo hasta la próxima primavera boreal, cuando quiere regresar al estado de Georgia con su familia, según The New York Times.
Otros posibles candidatos al cargo son el secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin; el director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, indica el rotativo neoyorquino.
La salida de Kelly podría poner en peligro el cargo de la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kirstjen Nielsen, protegida por el general y criticada por Trump, quien no la considera lo suficientemente dura en materia de inmigración.
Kelly, que a comienzos del año pasado ejerció como secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., llegó a la Casa Blanca en julio de 2017 con la complicada misión de poner orden en un Ala Oeste marcada por las luchas de poder, y logró imprimir algo de disciplina al entorno de Trump, pero no al propio mandatario.
“Él impuso orden, claridad y sentido común. Ahora deja lo que a menudo es un trabajo ingrato, pero John Kelly tiene mi gratitud eterna”, dijo en un comunicado el saliente presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Paul Ryan.
El sustituto de Kelly no tendrá que ser confirmado por el Senado, al contrario que el recién designado como próximo jefe del Estado Mayor Conjunto.
“Estoy encantado de anunciar mi nominación del general de cuatro estrellas Mark Milley, actual jefe del Estado Mayor del Ejército de EE.UU., como jefe del Estado Mayor Conjunto, en reemplazó del general Dunford, que se retirará”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
El mandatario añadió que “la fecha de la transición está por determinar”, pero no aclaró si acortará el mandato de Dunford, nominado en 2015 por el expresidente Barack Obama y al que Trump alargó la misión hasta octubre de 2019.
La decisión de Trump deja entrever una posible pérdida de influencia del jefe del Pentágono, Jim Mattis, que según algunos medios prefería para el cargo al general encargado de las Fuerzas Aéreas, David Goldfein, aunque también mantiene una buena relación con Milley.
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