Vivimos en la era de la imagen, en un mundo donde la belleza se ha convertido para muchos en una obsesión. Por un lado, algunos están trastornados por alcanzar la perfección corporal y, por el contrario, a otros no les importa en lo más mínimo su apariencia. Pero ningún extremo es bueno y partiendo del punto, que la verdadera belleza es salud, es importante cuidarse a sí mismo y tener un tipo de vida saludable, porque un estilo desordenado en sus hábitos personales cobra la factura tarde o temprano.

Indistintamente de cualquiera de los dos enfoques anteriores que se ajusten a su estilo de vida, estoy segura que su objetivo debe ser estar saludable. El reto es transformar ciertos hábitos que hacen daño. ¿Estaría dispuesto a cambiar? Entonces, tome en cuenta unos sencillos consejos.

1. Beba agua. Considere que el agua representa el 70% de la composición del cuerpo humano. Por lo que los beneficios de tomar ocho vasos de agua al día son incalculables para muchos aspectos del organismo. “Beber dos vasos grandes con agua en ayunas”, le favorecerá a la eliminación de toxinas y prevendrá ciertas enfermedades, porque limpia sus riñones. Hidrata su piel, manteniendo la elasticidad y tonicidad. Le ayuda al funcionamiento correcto del cerebro, lo que lo mantendrá alerta todo el día. Recuerde que el agua debe consumirse sin añadirle ningún otro elemento, mucho menos azúcar.

2. Cambie sus hábitos alimenticios. Hacer dieta no es dejar de comer, sino hacerlo correctamente. Es muy importante que su dieta sea balanceada y suficiente. Su comida debe incluir todos los nutrientes necesarios, en la proporción correcta. Coma cinco veces al día, esto facilita la digestión y acelera el metabolismo, tres comidas fuertes y dos meriendas, y opte por comer aves y pescado. Cocine sus alimentos a la plancha o al vapor, en lugar de fritos. Elimine completamente la comida chatarra, pasteles, aguas gaseosas, dulces y pan. No olvide comer despacio.

3. El ejercicio es uno de los mejores hábitos para tener un estilo de vida saludable, no únicamente porque previene enfermedades, sino porque aumenta la fuerza corporal y la energía. Practicarlo podrá reducir el riesgo de enfermedades del corazón, presión arterial alta, osteoporosis, diabetes y obesidad. Otro gran beneficio es que reduce el estrés. Haga ejercicios cardiovasculares por lo menos cuatro veces a la semana, no menos de 45 minutos diarios para quemar grasa —correr, aeróbicos, nadar, bailar o caminar—. Además practique pesas o ejercicios de resistencia y estiramientos, esto aumentará la masa muscular, mejorará el metabolismo y la capacidad del cuerpo de tolerar los radicales libres que provocan estragos en el organismo, incluyendo la piel. Lo difícil del ejercicio es empezar, dar ese primer paso para ir a un gimnasio, salir a correr o simplemente a caminar, después de algunas prácticas esta actividad seguramente se convertirá en el momento más agradable de su día.

4. Duerma suficiente, al menos ocho horas diarias, y si se puede también una siesta. Acuéstese temprano —las mejores horas para descansar son antes de la media noche, esto lo mantendrá “joven”— y levántese temprano. El sueño sirve para reparar el cerebro, proporcionando un estado mental más alerta y positivo durante todo el día. La falta de sueño puede causar depresión y ansiedad.

5. Sea optimista. Reír mucho y tener un buen sentido del humor es necesario para evitar el estrés que tanto daño hace a la salud. No acumule odio o rencor por los demás, aprenda a perdonar. Mantenga su mente ocupada en cosas positivas y aprenda cosas nuevas. No olvide su vida espiritual y su relación con Dios. Entonces, ¿se atreve a darle un giro de 180 grados a su vida?

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