Esta cifra contrasta con la anunciada el lunes por el Departamento de Defensa, que habló de cinco mil 239 efectivos, aunque ayer el Pentágono ya matizó que estos números podrían elevarse y este mismo miércoles informó en un comunicado que la estimación inicial es superior a siete mil soldados.
“No estoy infundiendo temor para nada”, aseguró Trump, quien calificó la caravana de “muy peligrosa” y recalcó que “nadie va a entrar” en EE. UU.
Ayer, el Pentágono adelantó que enviaría más tropas, aparte de los cinco mil 239 soldados anunciados en un primer momento, pero no precisó la cifra de militares adicionales.
De hecho, el comandante del Mando Norte de las Fuerzas Armadas, el general Terrence J. O’Shaughnessy, rechazó el martes que el Pentágono estuviera pensando en mandar a alrededor de 14 mil militares a la zona, tal y como habían apuntado medios locales.
De lograrse finalmente el tope máximo de 15 mil, se aumentaría ligeramente el número de efectivos que el país tiene actualmente en Afganistán, que asciende a 14 mil.
Poco antes de que Trump efectuara sus declaraciones, el secretario de Defensa, James Mattis, había negado rotundamente que se tratara de un movimiento político.
“No, no hacemos puestas en escena en este departamento”, contestó Mattis al ser preguntado sobre la posibilidad de que el envío del Ejército a la frontera con México tenga un objetivo electoral.
La operación actual tiene como supuesto objetivo asistir la capacidad de los agentes migratorios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ante la llegada de dos caravanas compuestas por unas seis mil 500 personas, según esta agencia migratoria.
Las tropas, movilizadas bajo lo que las autoridades han denominado “Operación Patriota Fiel”, reforzarán primero la frontera de Texas con México para luego pasar a Arizona y California.
De acuerdo a los últimos datos facilitados por el Pentágono, al menos mil militares se encuentran ya en Texas.
Entre los soldados habrá tres batallones de ingenieros de combate, tropas especializadas en aviación y otros soldados dedicados a logística y tratamiento médico.
La actuación de estas fuerzas es limitada, ya que una ley estadounidense de 1878 prohíbe usar a los soldados para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional.
Los militares que se desplegarán esta semana se suman a los dos mil cien efectivos de la Guardia Nacional -un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas- que se encuentran en la frontera sur desde abril debido a otra caravana de migrantes, que en ese caso comenzó su recorrido en el sur de México.
Además, otros 830 agentes de la CBP están listos para ir a las áreas entre puestos de entrada, donde suele haber menor vigilancia.
El anuncio de Trump se produce a tan solo seis días de que se celebren elecciones legislativas.
Trump se ha referido a las caravanas como “una invasión”, ha asegurado que en ellas se hallan criminales y ha incrementado la agresividad de su mensaje contra la inmigración conforme avanza la campaña electoral.
En el marco de la campaña, Trump afirmó ayer que buscará acabar con el derecho a la ciudadanía para toda persona nacida en EE. UU. que sea hija de inmigrantes, independientemente del estatus de los padres, un aspecto recogido en la Constitución.
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