LIBERAL SIN NEO
Fuga sobre izquierdas y derechas
Durante la reciente campaña electoral para la presidencia de Brasil, el ya ganador Bolsonaro se hizo acreedor de la etiqueta “extrema derecha”. He indagado sobre este señor y es evidente que posee valores conservadores, junto con ideas sobre la economía y el papel del gobierno, que son de derecha. No me queda claro cómo se gana el sobrenombre de “extrema”. En cambio, su antecesora electa para la presidencia de Brazil, Dilma Rousseff, militó en la guerrilla radical de ese país, pero se le presentó siempre como simplemente de izquierda, sin el apellido extrema.
Soy de la opinión de que en décadas recientes el centro se ha movido hacia la izquierda; lo que otrora fuera izquierda a secas es hoy el centro y lo que fuera derecha es ahora extrema. Derecha e izquierda se presentan generalmente como opuestos, aun cuando es común que personas o grupos sostengan posiciones en ambos lados del espectro. Un ejemplo sería la Iglesia Católica, que como institución estaría a la derecha en temas de valores y tradiciones, pero marcadamente a la izquierda en temas económicos. Sobre el matrimonio, el aborto y la tradición católica, es conservadora, mientras que sus pronunciamientos sobre la economía son de corte socialista (recomiendo ver Oeconomicae et pecuniaria quaestiones, un documento decididamente anticapitalista).
Hugo Chávez, fallecido caudillo venezolano, se autodefinía como socialista del siglo XXI; sin embargo era nacionalista en extremo, cuando muchos definen el nacionalismo como un rasgo de la derecha. Donald Trump declaró recientemente ser nacionalista y la izquierda saltó rápidamente a etiquetarlo como fascista de derecha, comparable a Hitler. El hiperdictador Hitler, fascista, era un nacional socialista, que por su naturaleza eminentemente dirigista, basado en la preeminencia del Estado sobre el individuo, estaría bastante a la izquierda del espectro, aun cuando el revisionismo histórico gusta calificarlo como de derecha.
Los calificativos de izquierda y derecha surgieron durante la Revolución Francesa, en referencia al arreglo de las curules en el parlamento francés; los diputados sentados a la derecha apoyaban la monarquía y aquellos a la izquierda acuerpaban la revolución.
Actualmente la diferencia entre ideologías de izquierda y derecha se centra sobre los derechos del individuo en relación a los poderes del gobierno. Generalmente, las personas a la izquierda del espectro ideológico creen que la sociedad está mejor servida con un bastante amplio papel para el gobierno, que debe dirigir la sociedad para alcanzar fines “sociales”. Personas a la derecha suelen creer que los mejores resultados sociales se obtienen cuando los derechos individuales y libertades civiles son preeminentes, mientras que el papel y el poder del gobierno es reducido. Hacia la izquierda, el Estado organiza a los individuos para alcanzar los fines de los gobernantes y hacia la derecha, el Estado se organiza para que los individuos puedan alcanzar sus propios fines. En la práctica, personas que creen ser de derecha favorecen políticas de izquierda y otros que profesan ser de izquierda creen estar a favor de las libertades civiles, sin darse cuenta de que las políticas que promueven violan esas libertades. El liberalismo clásico no ve contradicción entre los derechos individuales y el interés social.
Las etiquetas de izquierda y derecha no son siempre útiles y pueden ser incluso nebulosas. Para muchos, resultan ser como la famosa frase que pronunció un juez para referirse a la pornografía: no la puedo definir, pero la reconozco cuando la veo.
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