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Afirma que prefiere no ver las imágenes porque lo podrían enfermar, en un momento en que la familia ha decidido dejar el caso “a la voluntad de Dios” y a la justicia.
“Dios sabe por qué pasó”, indica Bartolomé en su vivienda en la aldea San José El Rodeo del municipio indígena de Cubulco, unos 55 km al norte de Ciudad de Guatemala.
La cinta muestra a Carlos, de 16 años, agonizando y tendido en el suelo horas antes de que fuera encontrado sin vida por oficiales. Y, según la publicación de ProPublica, contradice la versión oficial de que el menor recibió la atención médica adecuada en la estación fronteriza de Weslaco, en el estado de Texas (sur).
Voluntad divina
Carlos Gregorio Hernández Vásquez fue detenido el 13 de mayo pasado tras cruzar la frontera estadounidense cerca de la ciudad de Hidalgo, Texas.
Posteriormente manifestó malestar, de acuerdo con el reporte oficial, que indicó que se le recetó un antigripal y que fue trasladado a una instalación en Weslaco para evitar el contagio de otros detenidos.
Tras la revelación del video, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala precisó en un comunicado que su consulado en McAllen, Texas, daba seguimiento a la investigación, aunque no emitió opinión sobre las imágenes del menor moribundo que se muestran las cintas.
“Existe un proceso legal sobre el incidente y regularmente este tipo de casos pueden llevar un tiempo prolongado en ser resueltos”, detalló el texto de la cancillería guatemalteca.
Bartolomé, ataviado con una chaqueta negra y cubriendo su cabeza con un sombrero, insiste en que confía en la voluntad divina y habla poco sobre las circunstancias de la muerte de su hijo.
Entre diciembre de 2018 y mayo pasado, cinco menores que migraron desde Guatemala, algunos junto a sus padres, fallecieron en condiciones similares: después de ser detenidos por las autoridades migratorias y mientras estaban bajo vigilancia oficial de Estados Unidos.
El primer caso fue el de Jakelin Caal, de siete años, del municipio indígena de Raxruhá, quien murió en un hospital de Estados Unidos bajo protección federal después de llegar a ese país de forma ilegal con su padre.
“Que Dios nos ayude a nosotros en seguir en la lucha de nuestra vida porque él que ya murió”, se lamenta Bartolomé en la aldea donde fue enterrado el cadáver de su hijo tras ser repatriado.
Polémica migratoria
“Que Dios haga la justicia sobre todo”, agrega el hombre junto a su esposa Rigoberta Vásquez, quien hace siete meses entre lágrimas manifestó que se arrepentía de haber permitido que Carlos partiera a buscar una vida mejor.
Miles de guatemaltecos emigran cada año a Estados Unidos sin documentos escapando de la pobreza y la violencia que azotan el país, y algunos padres emprenden el camino con sus hijos menores.
Otros niños y adolescentes centroamericanos viajan sin la compañía de un adulto para acogerse a las leyes para menores migrantes en Estados Unidos.
La migración irregular se ha convertido en un tema polémico en la región, sobre todo desde el año pasado, cuando caravanas masivas de migrantes salieron desde el norte de Centroamérica buscando el “sueño americano”. Una oleada que provocó la ira del presidente estadounidense, Donald Trump.
Trump llegó a presionar con gravar las remesas y exportaciones de Guatemala para que el gobierno firmara finalmente un acuerdo para acoger a extranjeros que buscan ir hacia Estados Unidos mientras las autoridades estadounidenses resuelven sus peticiones de asilo.
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