El equipo estadounidense de investigación encontró que tan solo una inoculación, seguida de un refuerzo cuatro semanas después, bajaba los niveles de azúcar de los pacientes con diabetes a parámetros normales en tres años y que el efecto seguía por cinco años más.
La comunidad científica celebra este hallazgo, ya que, hasta ahora, la enfermedad no tenía cura y solo existen tratamientos para controlarla. Esta es un primer acercamiento a una solución.
La vacuna
La BCG es una vacuna que cuesta alrededor de US$1 y tiene más de 75 años en el mercado. Se prepara a partir de la bacteria Mycobacterium bovis, que causa la tuberculosis en el ganado vacuno y está relacionada con la sepa humana, el Mycobacterium tuberculosis. El medicamento fue descubierto en 1909 y utilizada por primera vez en 1921. Esta también ha sido vinculada al tratamiento temprano del cáncer de la vejiga.
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Diabetes tipo 1
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2014 había 422 millones de personas con diabetes, con un aumento del 8.5%. La diabetes tipo 1 se presenta en niños y jóvenes. Es considerada una enfermedad autoinmune y deja al paciente en dependencia de las inyecciones de insulina, ya que el cuerpo destruye las células en el páncreas encargadas de producir la insulina.
Este estudio da una luz para todos los pacientes. La doctora Denise Faustman, quien dirigió el estudio en el Hospital General de Massachussets, Estados Unidos, introdujo el experimento luego de haber tenido éxito en el tratamiento con ratones.
Las pruebas del fármaco en humanos empezaron en 2010. Dos años después se publicó que la vacuna era segura y pasaron a la segunda fase, que se estima termine en 2023. El estudio se realizó con nueve personas y consistió en aplicar dos dosis de la vacuna BCG y posteriormente monitorear los niveles de azúcar de los pacientes.
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Los resultados mostraron que los pacientes normalizaron sus niveles de azúcar de 5 a 8 años y la necesidad de insulina se redujo a una tercera parte de la que necesitaban antes del tratamiento.
“Este estudio clínico es una validación del potencial para reducir los niveles de azúcar a un estándar casi normal con una vacuna segura, incluso en pacientes que han sufrido la enfermedad por años”, explica Faustman.
La experta que conduce el estudio ha reconocido la ardua tarea que ha implicado. La doctora solo encontró a una persona para financiar su investigación, y ahora que tiene los resultados, una buena parte de la comunidad médica ha puesto en duda sus hallazgos debido a que son “muy pocos pacientes” y el resultado podría ser “consecuencia del azar”.
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