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El audiovisual, destinado exclusivamente para uso interno, imagina un futuro de recopilación total de datos, donde Google ayuda a los usuarios a alinearse con sus objetivos y crea dispositivos personalizados para recopilar más datos e incluso guía el comportamiento de poblaciones enteras para resolver problemas globales como pobreza y enfermedad.
“Entendemos si esto es perturbador, está pensado para que seas así. Solo se trata de un experimento mental del equipo de diseño que se hizo hace años y utiliza una técnica conocida como “diseño especulativo” para explorar ideas y conceptos incómodos con el fin de provocar la discusión y el debate. No está relacionado con ningún producto actual o futuro “, expresó Foster.
Titulado The Selfish Ledger (el libro egoísta), el video de nueve minutos de duración comienza con la historia de una teoría antigua sobre la transmisión de los rasgos entre organismos, adquiridos durante su vida, y Foster, quien hace la narración del video, explica que, aunque la idea fue descartada en lo que respecta a la genética, proporciona una metáfora útil para el uso de los datos del usuario.
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El filme señala que la forma en que usamos nuestros teléfonos crea una representación en constante evolución de quiénes somos, lo que Foster llama un “libro mayor”. El experto postula que estos perfiles de datos podrían ser utilizados para modificar comportamientos transferido de un usuario a otro:
“Los principios de diseño centrados en el usuario han dominado el mundo de la informática durante muchas décadas, pero ¿qué pasaría si viéramos las cosas de forma un poco diferente? ¿Qué pasa si el libro mayor puede tener un acto de voluntad o propósito en lugar de simplemente actuar como referencia histórica? ¿Qué pasaría si nos centramos en crear un libro más rico mediante la introducción de más fuentes de información? ¿Y si pensáramos en nosotros mismos no como dueños de esta información, sino como sus custodios o su vehículo?”, dice Foster en el video.
“Los datos sobre nuestras acciones, decisiones, preferencias, movimientos y relaciones es algo que posiblemente podría transmitirse a otros usuarios de forma similar a como la información genética se transmite de generación en generación”, agrega Foster.
En el audiovisual se ve a un usuario interactuando con su dispositivo inteligente por medio de una aplicación que le solicita seleccionar un objetivo de vida, las opciones son: “comer más saludable”, “proteger al medioambiente” o “apoyar un negocio local”. A lo que la aplicación le sugiere tomar un Uber de manera conjunta con otros usuarios o comprar productos cultivados localmente.
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El concepto se basa en que Google tiene acceso a una gran cantidad de datos y decisiones de los usuarios. Las preocupaciones sobre la privacidad nunca se mencionan en el video y la demanda de mayor cantidad de datos del usuario por parte del “libro mayor” podría ser el aspecto más desconcertante de la presentación.
Foster concibe un futuro donde la noción de un libro mayor impulsado por objetivos se vuelve más aceptable, pero su visión va más allá de una herramienta para la superación personal porque en ella el sistema podría tapar lagunas en su conocimiento acerca del usuario y perfeccionar su modelo de comportamiento humano.
“Al pensar en los datos de los usuarios como multigeneracionales es posible que los usuarios emergentes se beneficien de los comportamientos y decisiones de la generación anterior”, explica Foster, quien imagina a la minería de datos como la base del comportamiento humano para determinar patrones y hacer predicciones cada vez más precisas sobre decisiones y comportamientos futuros.
“A medida que se extienden los ciclos de recolección y comparación se podría desarrollar una comprensión a nivel de especie de cuestiones complejas como la depresión, la salud y la pobreza”, concluye el experto.
Preocupación
Aunque el concepto del libro mayor raya en la ciencia ficción, la discusión gira en torno a que no puede perderse de vista el hecho de que se alinea casi perfectamente con las actitudes expresadas en los productos existentes de ese gigante de la tecnología. Google Photos ya presume saber qué aspectos principales de la vida considerará, proponiendo álbumes enteros en función de sus interpretaciones de inteligencia artificial.
Google Maps y el Asistente de Google hacen sugerencias basadas en la información que tienen sobre su ubicación y hábitos. La tendencia con todos estos servicios se ha dirigido a una mayor inquisición y asertividad por parte de Google. Incluso las composiciones de correo electrónico se están automatizando en Gmail.
En un momento en que la ética de la nueva tecnología y la inteligencia artificial son discutidas y cuestionadas, Google sigue siendo sorprendida por las potenciales implicaciones éticas y desventajas de sus productos, como se vio recientemente con su demostración de la llamada de voz Duplex, hechas por robots.
Selfish Ledger posiciona a Google como el solucionador de los problemas más difíciles del mundo, alimentado por un grado de información personal angustiosamente íntimo de cada usuario y una facilidad para guiar el comportamiento de poblaciones enteras.
“No hay nada que sugiera que esto sea algo más que un ejercicio de pensamiento dentro de Google, iniciado por un ejecutivo influyente. Pero proporciona una visión esclarecedora de los tipos de conversaciones que tienen lugar en la empresa que ya es el recopilador de datos personales más prolífico del mundo”, señala Vlad Savov, del sitio especializado en tecnología The Verge.
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