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Muere Dilan Cruz en Colombia: qué es el Esmad, el polémico cuerpo antidisturbios señalado por la muerte del manifestante

"Dilan no murió, a Dilan lo mataron".

La diferencia entre el Esmad y otros cuerpos antidisturbios es que Colombia vivió un conflicto armado de 60 años en el que las fuerzas de seguridad estaban exclusivamente entrenadas para enfrentar a la guerrillas. Foto: AFP

La diferencia entre el Esmad y otros cuerpos antidisturbios es que Colombia vivió un conflicto armado de 60 años en el que las fuerzas de seguridad estaban exclusivamente entrenadas para enfrentar a la guerrillas. Foto: AFP

La frase es pronunciada por miles de colombianos este martes, luego de que se supo que Dilan Cruz, un bogotano de 18 años, falleció en la noche del lunes, el día que esperaba graduarse de un colegio distrital de la capital del país.

El sábado, Cruz resultó gravemente herido durante la represión de una protesta en contra del gobierno de Iván Duque en el centro de la ciudad.

Los videos publicados en redes sociales, tan virales como la historia personal de un carismático joven de bajos recursos, muestran cómo le disparan por la espalada y se desploma sobre el piso en medio el caos.

Lo mataron, gritan este martes miles de colombianos, en referencia a los agentes de una entidad, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que lleva años generando indignación por sus prácticas represivas y cientos de denuncias de violaciones a los derechos humanos, usuales en este tipo de organismos en América Latina.

 

 

Las protestas no han cesado desde el paro nacional del 21 de noviembre. Hay nuevas marchas y cacerolazos convocados para el martes. Casi 400 manifestantes y 200 policías han resultado heridos, según cifras oficiales. Cuatro personas, con Dilan, han muerto.

El gobierno de Duque, que lanzó diálogos con representantes de las propuestas, mostró solidaridad y pidió investigar la muerte de Cruz, pero ha mantenido su defensa del Esmad y las fuerzas de seguridad.

Según la policía, el agente que le disparó a Cruz fue “separado de sus funciones”.

En un país que hace tres años cerró un conflicto armado de 60 años con las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), el Esmad es parte de una Fuerzas Armadas acostumbradas a enfrentar un enemigo común que ya no existe o existe parcialmente: las guerrillas.

Homenaje a Dilan Cruz
AFP
La esquina del centro de Bogotá donde dispararon a Cruz se ha convertido en un estilo de altar.

Polémicos desde el inicio

El Esmad fue creado en 1999, durante el gobierno de Andrés Pastrana, en uno de los periodos más agudos de la guerra en Colombia. Depende de la Policía y está adscrito al ministerio de Defensa.

Aunque fue fundado bajo un decreto transitorio, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), el padrino político de Duque, lo formalizó y creó el curso que capacita a los agentes del Esmad.

Entre 1999 y 2018, las acciones del Esmad produjeron la muerte de 18 personas solo en Bogotá, según la ONG Paz y Reconciliación. Pero los reportes oficiales muestran que la mayoría de las intervenciones del organismo han sido en el departamento del Cauca, zona de presencia guerrillera e indígena.

Durante los últimos años, el organismo realizó operaciones de desalojo de propiedades —1.154 entre 2013 y 2015, según cifras oficiales—, pese a que no es una de sus funciones.

Cientos de agentes del Esmad han sido procesados por infracciones disciplinarias durante años. Hasta 2015, la Fiscalía había procesado casi 40.000 casos de los cuales 18 resultaron en condenas, según reportes oficiales.

La entidad está compuesta por 3.770 hombres y 106 mujeres: 556 de ellos son agentes antidisturbios que, entre otras cosas, están armados con lanzadores de proyectiles múltiples que pueden disparar gases lacrimógenos, aturdidores y bolas de paintball.

En los videos del suceso de Cruz parece que el joven no fue impactado por un contendedor de gas lacrimógeno, porque no se ve gas, y en las fotos del manifestante postrado en el piso se ve una tela que, según denuncias de los últimos días, es usada para instalar esferas de aluminio.

Según el parte de la policía, a Cruz le dispararon con un “arma de baja legalidad”, término desconocido en la legislación colombiana.

ESMAD
AFP
Hay denuncias de que el proyectil con el que impactaron a Cruz no era permitido.

¿Hay que reformar?

BBC Mundo contactó a la alta consejería para Seguridad de la presidencia, pero no obtuvo respuesta al momento de publicación de esta nota.

En entrevista con medios locales, Diego Molano, director de departamento administrativo de la presidencia, dijo que en los planes del gobierno para contener las protestas el “Esmad no está en discusión”.

“El gobierno tiene claridad de que sus fuerzas militares y de policía hacen parte del Estado; aquí no hay una negociación del Estado, aquí lo que hay es una conversación para encontrar soluciones a problemas concretos”.

Pero una reforma del Esmad está sobre la mesa desde hace años.

“El compromiso (del Esmad) en múltiples homicidios ha hecho que pierda su credibilidad”, le dice a BBC Mundo Alirio Uribe, excongresista del izquierdista Polo Democrático y abogado de derechos humanos del Colectivo de Abogados, una ONG.

“Eso hace que apenas lo colocan en la calle, en el marco de una manifestación, automáticamente genere violencia, porque no cumple una labor disuasiva, sino al contrario genera violencia”.

Protestas en Colombia
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La protesta empezó por una reforma laboral y pensional, pero ahora es, en parte, en contra del Esmad.

“Además, en paros prolongados los agentes no descansan, salen malhumorados y tienen una formación doctrinaria anti subversiva, ven en cada manifestante un terrorista, un tema que viene del discurso militar”, concluye el experto.

Algo en esa línea escribió, en 2017, el difunto y reconocido sociólogo Alfredo Molano: “La violencia del Esmad ha ido creciendo a medida que la paz se abre camino“.

Pero María Victoria Llorente, experta en temas de seguridad y directora del centro de estudios Fundación Ideas para la Paz, disiente: “El tema no es si hay que reformar o no al Esmad o si tiene que ver o no con el conflicto. Los excesos en los que ha incurrido el Esmad, hoy y durante el pasado, son consecuencias normales, y no por eso irreprochables, del ejercicio de contención de disturbios”.

“El tema acá, más bien, es que el gobierno, por un lado, ha tenido una política de seguridad que prioriza resultados operacionales, como se vio en el bombardeo a disidentes de las FARC, y por el otro extremó las medidas de precaución por lo que pasó en otros países de la región”.

“Lo que tenemos que evitar —concluye— es que este debate sobre el Esmad y la seguridad, que si bien es necesario e implica reformas, opaque las demandas de un movimiento que está en las calles por razones concretas”.

La seguridad, en todo caso, es apenas uno de los problemas que tiene Colombia.

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