“Esperamos que sigan entrando”, dijo una representante de la organización tras dar a conocer el ingreso del tercer grupo, y comentó que el ánimo de la caravana sigue alto desde que los inmigrantes comenzaron a entrar a ese país vecino la noche del lunes.
Ese día, los primeros ocho integrantes de la caravana fueron recibidos, el martes el paso continuó con dos grupos de seis y 11 personas, pero este día se dio la entrada más fuerte para totalizar 88 en tres días.
“Estamos contentos de que están empezando a cumplir con la ley, aunque no lo hayan hecho al cien por ciento”, comentó Leo Santiago, de la organización Al Otro Lado.
Los migrantes que han sido recibidos por las autoridades estadounidenses iniciarán un proceso que comienza con la entrevista de “temor creíble”, que tiene por objeto verificar que en realidad hayan salido de sus países de origen por ver su seguridad amenazada.
En el campamento que los inmigrantes mantienen ante el cruce fronterizo de San Ysidro, la Cruz Roja y otras organizaciones se han encargado de proporcionales agua y alimentos, además de revisiones médicas en caso de ser necesarias.
Desde la noche del domingo, decenas de inmigrantes procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras han acampado a las afueras del cruce y, pese a que se les ha recomendado esperar en albergues aledaños, han optado por mantenerse a la intemperie en casas de campaña por miedo a perder su lugar en la fila.
La caravana denominado “Viacrucis migrante”, que se inició con unos 1 mil 500 inmigrantes, arrancó su viaje en marzo último en Tapachula (estado de Chiapas) y apenas l jueves recién pasado llegaron unos 150 a Tijuana. Otros 200 se les unieron el viernes.
El resto de la caravana se dispersó previamente de forma paulatina desde su llegada a Puebla y a la capital mexicana, en el centro de ese país.
Los inmigrantes tienen como objetivo solicitar asilo humanitario en EE.UU., huyendo de la violencia que existe en sus países de origen, provocada principalmente por las pandillas.
Según consideran activistas de derechos humanos, la recepción de solicitudes es un paso más en un complejo e incierto proceso.
“Viene una parte difícil, sin demeritar el trayecto que ya han atravesado, pero algunos van a estar bajo detención y en unos casos existe el temor de separación de familias”, dijo Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos de San Diego.
Ríos es consciente de que los integrantes de la caravana “llegan con mucha esperanza”, pero confía en que los abogados asesores les han hecho saber cuáles son sus posibilidades.
“El riesgo de regresar a su país es tan serio que se ven en la necesidad de venir a buscar asilo a la frontera”, sostuvo y agregó que el Gobierno de Donald Trump ha fomentado un “mensaje equivocado” sobre la caravana, pues cree que ésta ha sido utilizada para impulsar políticas como la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos.
“Se ha utilizado una narrativa (como de) invasión, cuando todos sabemos que la mayoría viene con la intención de entregarse”.
Una vez que declaren al oficial de aduanas que tienen miedo de regresar a su país debido a la violencia, callejera y doméstica, los individuos de la caravana serán llevados ante un oficial especializado en asilos, quien en base a una entrevista determinará si existe “un temor creíble de persecución o tortura”, han explicado autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
De ser así, el caso sería enviado a una corte de Inmigración y mientras que su proceso avanza, serían recluidos por tiempo indefinido en un centro para inmigrantes, ya sea en el sur de California o en otro estado de la franja fronteriza; incluso, en unos casos se les permitiría salir con un grillete electrónico.
EEUU envia fiscales y lueces de inmigración
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció el envío de 35 fiscales y 18 jueces de inmigración a la frontera con México debido a la caravana.
“No vamos a dejar que este país sea inundado. La gente no va a hacer caravanas o estampidas en nuestra frontera”, dijo Sessions en declaraciones a los periodistas en Washington. “Estamos mandando un mensaje a nivel mundial: no vengan ilegalmente”.
El fiscal general citó expresamente a los países de Centroamérica y a México. “Tenemos un sistema legal migratorio generoso. Admitimos 1,1 millones de personas legalmente al año”, dijo dirigiéndose a ellos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) aseguró el domingo que no tiene capacidad para atender de una vez a todos.
Sessions habló hoy después de que el Departamento de Justicia, al frente del cual se encuentra, anunciara el martes que ha presentado cargos criminales contra 11 supuestos integrantes de esa caravana que entraron ilegalmente en el país.
En el año fiscal 2016, autoridades estadounidenses recibieron 65 mil 218 peticiones, de las cuales se concedieron 8 mil 726, según estadísticas del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El resto de las peticiones fueron negadas, abandonadas o retiradas, entre otras circunstancias no especificadas en las estadísticas oficiales.
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