De este modo, subrayó, se acaba “derribando la esperanza, matando los sueños, suprimiendo la alegría; así se termina blindando el corazón, enfriando la caridad”.
Francisco puntualizó que la fabricación de este relato es actual y se dirigió a los jóvenes, en esta XXXIII Jornada Mundial diocesana de la Juventud, para recordarles que la alegría que Jesús despierta en ellos “es motivo de enojo e irritación en algunos”.
“Un joven alegre es difícil de manipular”, afirmó, provocando el aplauso de algunos de los asistentes a la misa.
“Hacer callar a los jóvenes es una tentación que siempre ha existido (…) Hay muchas formas de silenciar y de volver invisibles a los jóvenes. Muchas formas de anestesiarlos y adormecerlos para que no hagan 'ruido', para que no se pregunten y cuestionen”, dijo.
El Papa denunció que “hay muchas formas de tranquilizarlos para que no se involucren y sus sueños pierdan vuelo y se vuelvan ensoñaciones rastreras, pequeñas, tristes” pero se dirigió a ellos para afirmar: “está en ustedes la decisión de gritar”.
“Está en ustedes no quedarse callados. Si los demás callan, si nosotros los mayores y los dirigentes callamos, si el mundo calla y pierde alegría, les pregunto: ¿Ustedes gritarán? Por favor, decídanse antes de que griten las piedras”, instó.
Precisamente el Papa ha otorgado este año a los jóvenes una atención especial y sobre ellos versará el Sínodo de Obispos del próximo mes de octubre.
Como preparación de este evento, la pasada semana más de 300 jóvenes, principalmente católicos pero también de otras confesiones y no creyentes, se dieron cita en el Vaticano para elaborar un informe con recomendaciones a la Iglesia sobre ese tema.
Jorge Bergoglio recibió este documento de un grupo de jóvenes, con los que conversó brevemente y se tomó algunas autofotos, y fue presentado por uno de Panamá, pues este país acogerá la Jornada Mundial de la Juventud en 2019.
“No se puede concebir un joven sin que se haga un selfi”, afirmó el pontífice entre risas.
La homilía de Francisco se produjo después de la procesión en la Plaza de San Pedro en la que, como es tradición, bendijo las palmas y ramas de olivo con las que los fieles participaron en este rito, con el que da inicio la Semana Santa.
Las celebraciones proseguirán con el conocido como “Triduo Pascual”, los tres días que narran la Pasión y Muerte de Cristo: el Jueves Santo y la Última Cena, el Viernes Santo y el “Vía Crucis”, la Vigilia Pascual del sábado y el Domingo de Resurrección.
Una celebración en la que, consideró Francisco, “pareciera que se entrecruzan historias de alegría y sufrimiento” y que “logra desnudar los sentimientos contradictorios que también hoy, hombres y mujeres de este tiempo, solemos tener”.
“Capaces de amar mucho y también de odiar -y mucho-; capaces de entregas valerosas y también de saber 'lavarnos las manos' en el momento oportuno; capaces de fidelidades pero también de grandes abandonos y traiciones”, concluyó el Sumo Pontífice.
Millones de fieles acuden a las iglesias filipinas en el Domingo de Ramos
Millones de fieles acudieron a las iglesias de todo el archipiélago filipino con motivo del Domingo de Ramos, en el que se conmemora de acuerdo con la tradición cristiana la entrada de Jesús en el templo de Jerusalén.
El arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, bendijo a los creyentes que se habían congregado con palmas desde primera hora de la mañana en la catedral de la capital filipina de la Inmaculada Concepción, en el casco histórico de la ciudad.
Miles de religiosos procedieron a la misma ceremonia en los templos católicos de todo el país.
Antonio Banderas vuelve a la Semana Santa española en una procesión de Málaga
El actor español Antonio Banderas acudió hoy, como cada año el Domingo de Ramos, a su cita anual con la Semana Santa de Málaga, sur de España, para asistir a la procesión de la hermandad de María Santísima de Lágrimas y Favores de las Reales Cofradías Fusionadas.
Este año, además, el trono de la Virgen luce un crespón negro en recuerdo de Ana, la madre del actor, fallecida el pasado noviembre.
Banderas llegó a la iglesia de San Juan, en el centro de Málaga, para ataviarse con la túnica con la que se realiza la procesión, en la que también se cubre el rostro para dejar entrever solo los ojos.
El actor, que ejerce de mayordomo, es el encargado de guiar el trono al toque de campana por las calles de la capital malagueña.
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