Una gorra y un cartel -banner- son los artículos que porta Juárez durante sus caminatas, pero lo que sin duda atrae la atención de los visitantes es su voz.
“Empiezo a caminar y anunciar los productos de los negocios que me han contratado. Frecuentemente me verán por acá -en el Paseo de la Sexta- hasta en la tarde -16 horas- y escucharán cuando grito los anuncios”, explicó Juárez.
El “anunciador de la Sexta”, como algunos le conocen, empezó con esa ocupación desde que se habilitó ese espacio en la 6a. avenida del Centro Histórico, en el 2010. La oportunidad se presentó y él la supo aprovechar.
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Su voz, su principal activo
Juárez no siempre trabajó en la 6a. avenida. Durante 35 años fue voceador de periódicos en distintas zonas de la ciudad.
“Siempre me dediqué a vender periódicos y creo que fue en esa época cuando desarrollé la voz que ahora tengo. Todas las mañanas gritaba el titular de los periódicos y así era la forma de ofrecer ese producto y ganar algunos 'lenes', me fascinó hacerlo”, expuso.
— Edwin Pitán (@Epitan_PL) 21 de marzo de 2018
El anunciador explicó que en el 2000 se trasladó a la 6a. avenida a vender periódicos porque “aquí caminaba mucha gente” y las probabilidades de vender eran más que en un semáforo —por ejemplo—.
“Llegué acá hace 18 años y ya no salí porque hay negocio para mí, antes como voceador y ahora como anunciador. Lo importante es que hay trabajo y mi situación mejoró un poco”, afirma.
Los visitantes del corredor cultural periódicamente se detienen a escuchar los anuncios que vocifera Juárez, algunos sonríen y otros ingresan al negocio al cual le hace publicidad.
— Edwin Pitán (@Epitan_PL) 21 de marzo de 2018
“Parece que sus anuncios estuvieran grabados, lo he escuchado anunciar helados de coco, banano y fresa, pareciera que es un anuncio grabado y siempre le sale igual. Es chistoso y la verdad que llama la atención”, dice Thelma Ramos, visitante, mientras sonríe.
Juárez también toma medidas de cuidado para proteger su voz, porque asegura que es lo que le da trabajo.
“Tengo mi pegue —sonríe—, la voz es curiosa y por eso no tomo bebidas frías. Me cuido mucho, porque si me resfrío, entonces, me quedo sin trabajo. Varios negocios me contratan y confían en mi capacidad de anunciar sus productos”, relata.
Según el anunciador, cuando se habilitó el Paseo de la Sexta se presentó a vender periódicos y el propietario de un negocio le ofreció un sueldo extra por anunciar su servicio.
“Cuando el dueño del negocio me ofreció un nuevo empleo no creí que ese sería mi futuro. Lo hice con mucho gusto y a los cuatro meses había otra tienda que quería mi servicio y poco a poco dejé de vender periódicos”, comenta Juárez, mientras espera que su talento siga brindándole los frutos que al momento le ha dado.
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