Problemas en Guatemala
La puja entre el sindicato de la mina, el STM, y afiliado a Convergencia Sindical, y el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS), el mayor del país, es el centro del conflicto, puesto que cada uno dice tener el mayor número de afiliados y, por lo tanto, el derecho legal de negociar con la empresa una nueva convención colectiva.
“Yo sé quién tiene el mayor número de afiliados”, declaró este viernes el ministro panameño de Trabajo, Luis Ernesto Carles, que reclamó que “no puede ser que un proyecto de 12 mil trabajadores, donde hay 7 mil 000 que no tienen nada que ver” con los sindicatos ni la empresa minera por estar vinculados a contratistas, “se vean afectados” por este conflicto.
Carles dijo que los dos sindicatos y la empresa “tienen la culpa” de la situación: el Suntracs por pretender que se adelante la negociación de la contratación colectiva, que por ley no puede darse antes del 16 de mayo próximo; el STM por ciertas prácticas sindicales y la empresa sus declaraciones altisonantes.
“Muchos trabajadores advierten que les obligaron a afiliarse al STM. Tienes al Suntracs que arbitrariamente se mete en un proyecto sin tener la legitimidad de una convención colectiva, y una empresa que se le llama a conversar y sale en conferencia echando leña al fuego”, sostuvo el ministro.
Carles dijo que para este viernes nuevamente las partes están citadas a una mesa de diálogo instalada en el Ministerio semanas atrás, en la que, aseguró, se han logrado importantes avances para resolver el asunto, aunque deploró que las partes insistan en agredirse públicamente afectando así el clima de las negociaciones.
Las posiciones intransigentes “no nos van a llevar a nada y siempre el Gobierno termina teniendo la culpa. Queremos que (las partes en conflicto) tengan una tregua y no se esté afectado uno al otro”, añadió el ministro.
El objetivo es que “se abra la mina y todo el mundo a trabajar”, añadió Carles en declaraciones a la Radio Panamá, y resaltó que en el lugar del proyecto “tenemos más de 120 policías que cuidan de los bienes y el respeto que cada quien se tiene que tener” por el otro.
Por su parte, el secretario general del Suntracs, Saúl Méndez, insistió este viernes en que el STM es un “sindicato amarillo”, es decir, creado y controlado por el patrono, en este caso Minera Panamá.
Preocupación internacional
“Minera Panamá vino aquí e instaló un régimen (…) esta empresa creó un sindicato amarillo y negocio un contrato amarillo en el que prácticamente roba todos los derechos a los trabajadores”, declaró Méndez a Radio Panamá.
Pero el secretario general de Convergencia Sindical, Miguel Edwards, negó nuevamente esa afirmación del Suntracs, al que acusó de afectar al proyecto minero “por razones de hegemonía terrorista sindical”.
La empresa, por su lado, acusó el jueves al Suntracs de mantener “secuestrado, bajo amenazas, intimidación y violencia el proyecto más grande de Panamá”.
“Aunque hay más de 80 policías dentro del proyecto, permanece paralizado por estas irregularidades. Esto es insostenible”, dijo el representante de Minera Panamá, Manuel Aizpurúa.
El sector de la minería representa el 2,5 % del producto interno bruto (PIB) de Panamá, pero la Cámara Minera del país ha dicho que superará el 9,5 por ciento cuando comience la explotación de cobre en Donoso.
El proyecto de Minera Panamá contempla la exportación de unas 320.000 toneladas métricas de cobre por año. El contrato de Minera Panamá con el Estado panameño está vigente desde 1997, tiene una duración de 60 años y establece revisiones a sus cláusulas cada 20 años.
