El Ministerio de Interior británico ha reportado que los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos sospechan que esas personas pudieron haber sido asesinadas en territorio británico por servicios de seguridad rusos o por grupos mafiosos.
El antiguo jefe de la Policía Metropolitana Ian Blair, quien dirigió este cuerpo cuando Alexander Litvinenko fue asesinado en el 2006 con polonio radiactivo, ha pedido que se reabran estos casos, al mismo tiempo que Asuntos Internos ha pedido una revisión de las decisiones que se adoptaron al respecto.
Rudd explicó en la misiva que el Gobierno está advertido de estas denuncias y se toma “muy en serio” cualquier insinuación de que un Estado extranjero puede estar detrás de un asesinato en el Reino Unido.
“En las próximas semanas espero que estos alegatos queden en nada”, manifestó la ministra.
Tras reunirse con el comité de emergencia del Gobierno, Rudd destacó que la investigación está “transcurriendo bien” y que está siendo “detallada” y “cuidadosa”.
Esta indagación surge en un momento de tensión entre el Reino Unido y Rusia tras el envenenamiento del espía doble Serguéi Skripal y de su hija, el pasado día 4 en suelo británico.
El antiguo agente de la inteligencia militar rusa, captado por el MI6 británico en los años noventa, y su hija, Yulia, fueron expuestos a un agente nervioso de naturaleza militar que les ha dejado en estado crítico.
La primera ministra británica, Theresa May, indicó que es “altamente probable” que el Kremlin esté detrás de ese ataque y ha avanzado que impondrá un amplio rango de medidas contra Rusia si se confirman sus sospechas.
Además, este lunes, el exiliado ruso Nikolái Glushkov, amigo íntimo del malogrado oligarca Borís Berezovsky, fue hallado muerto en su domicilio de Londres por causas que se desconocen.
Rusia contraataca y acusa a Londres
Rusia pasó al contraataque ante las acusaciones de Londres de que está implicada en el envenenamiento del exespía Serguéi Skripal, le exigió una muestra de la sustancia química que se empleó y consideró que todo es una provocación en vísperas de las elecciones del domingo y el Mundial de futbol.
Antes de terminar el plazo dado por la primera ministra británica, Theresa May, para que Moscú explique cómo pudo llegar a Reino Unido el agente químico prohibido “Novichok” causante del envenenamiento de Skripal y su hija, el Kremlin lanzó toda una batería de ataques para negar participación y hacer recaer la responsabilidad en Londres.
“Ya hemos dicho que todo esto es absurdo. No tenemos ninguna relación con esto”, dijo el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
Añadió que en cuanto Londres tuvo la sospecha del empleo de una sustancia prohibida por la Convención para la Prohibición de Armas Químicas -de la que forman parte Rusia y Reino Unido- tendría que haberse dirigido inmediatamente a Moscú e insistió en que Londres tiene la obligación de proporcionar acceso a todos los materiales relacionados con el caso.
Expertos rusos recuerdan que el país destruyó completamente su arsenal químico conforme a los acuerdos internacionales, bajo la supervisión de observadores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
El diario ruso “Kommersant” señaló que antes del caso Skripal ocurrido en Salisbury “sólo se había empleado el gas Novichok en una ocasión, en el envenenamiento en 1995 en Moscú del banquero Iván Kovelidi y su secretaria Zara Ismailova”, un crimen por el que en el 2007 fue condenado a nueve años de cárcel un antiguo socio suyo.
Según este diario, la sustancia fue comprada a un trabajador del Instituto estatal de investigación científica de química orgánica y tecnología, el único lugar que lo producía.