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Las palabras del escritor cobran sentido al ser un eslabón del cine de ciencia- ficción. Sus historias inspiraron a cineastas que llevaron a la pantalla el mundo de aventura que plasmó en casi un centenar de novelas y cuentos.
Apasionado por la ciencia, el escritor —que dejó el Derecho por las Letras— encontró a la musa en revistas y libros científicos que guardaba en su biblioteca. Su imaginación lo llevó a adelantarse a su tiempo al hablar de inventos que llegaron hasta en el siglo XX, como el helicóptero (apareció en su libro Robur el Conquistador), nave espacial (De la Tierra a la Luna), el trasatlántico (Una ciudad flotante), el internet (París en el siglo XX), el submarino (20 mil leguas de viaje submarino) o el ascensor (La isla misteriosa).
Uno de los primeros cineastas que vio potencial en esos relatos —sus personajes siempre fueron héroes— fue el francés Henri Fescourt, que recreó la historia de Miguel Strogoff (1876) en la película homónima de 1921.
Cinco semanas en globo (1863) fue el primer libro de Verne, y resultó un éxito. Un siglo después, el director estadounidense Irwin Allen llevó la historia al cine. Pese a un gran reparto —con los actores Red Buttons y Barbara Eden—, la adaptación no logró plasmar el mundo ideado por Verne, según la crítica.
Pero eso no frenó a otros para intentarlo de nuevo con el resto de sus obras. Según se ha publicado, 33 de sus historias han llegado a la pantalla en más de 90 películas, sin enumerar series de televisión y películas animadas.
En esta edición incluimos un recopilatorio de los títulos más reconocidos del escritor francés y en los cuales el cine se inspiró después de su muerte.