Señaló que el despliegue se realiza “en zonas urbanas fundamentalmente, en puntos muy conflictivos del país, de alto nivel de violencia”, y tiene por objeto “disminuir en un corto plazo estos niveles de crecimiento de violencia”.
En México se produjo un repunte de la violencia hace once años tras el lanzamiento de la llamada guerra contra el narcotráfico por parte del presidente Felipe Calderón (2006-2012), que hasta la fecha ha dejado al menos 150 mil muertes vinculadas al crimen organizado y más de 30 mil desaparecidos.
Este supuesto combate frontal al crimen organizado supuso la salida a las calles de los militares, donde han permanecido desde entonces efectuando tareas de seguridad pública.
En diciembre pasado, el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, promulgó la Ley de Seguridad Interior, que formaliza y establece los lineamientos para la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
El nuevo ordenamiento ha causado gran controversia. Mientras para algunos es una forma de regular el papel de los militares en actividades que llevan realizando una década, para otros perpetúa su presencia en las calles, donde han sido acusados de uso indebido de la fuerza y desapariciones forzadas.
El despilegue llega después de que, en los últimos día, han estado apareciendo cadáveres descuartizados o decapitados en varias localidades del país, cuyos hechos las autoridades atribuyen a pleitos entre carteles.
Este martes, las autoridades mexicanas encontraron siete cabezas y restos de cuerpos humanos cerca de un río del municipio de Chilapa, según la Secretaría de Seguridad Pública del sureño estado de Guerrero.