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Eisenstein, desarrolló una particular visión para enlazar las escenas de una cinta. Casi prescindía de los movimientos de cámara ya que para él el movimiento estaba determinado por la acción y el montaje.
Otro elemento que lo caracterizaba era que en sus películas no había protagonista, se centraba en un pueblo, en las masas con los que contaba como actrices y actores.
Tras el triunfo de El acorazado Potemkin, calificada como una de las mejores cintas de todos los tiempos, viajó en 1930 por Europa para estudiar nuevas técnicas de sonido. Después de traslado a Estados Unidos para rodar en Hollywood donde tuvo conflictos para grabar temas relacionados al comunismo y colectivización.
En 1932, durante una visita a México fue encarcelado, liberado y engañado en la producción de una cinta.
Después, regresó a la Unión Soviética donde fue señalado por Stalin como sospechoso de ser un traidor a la patria. Fue aconsejado por el propio Stalin sobre cómo debía desarrollar la segunda parte de su película Iván el Terrible, que incluso con la intervención del dictador, fue prohibida en 1946 por condenar la tiranía y revelar los crímenes de ese zar ruso.
Antes de fallecer, a los 50 años (1948), debido a una hemorragia derivada de un infarto, decidió dedicarse a la redacción de textos teóricos.
La obra de Sergei Eisenstein y sus geniales tratados sobre el montaje en el cine influyó en numerosos cineastas posteriores, como por ejemplo en Stanley Kubrick y el alemán Max Ophuls.
Celebramos el 120 aniversario del nacimiento del director de cine ruso Sergei Eisenstein, pionero en la técnica del montaje, con este #GoogleDoodle 📽 pic.twitter.com/7OP1audkrz
— Google España (@GoogleES) January 22, 2018