“Por qué y para qué? (…) PDVSA es una socia importante, pero tiene que llegar”, declaró Foster.
“La refinería ya está con 82% de las obras listas. Petrobras está invirtiendo sola 18.200 millones de dólares. PDVSA quería entrar con apenas 10%, no con los 40%. No lo acepto“, enfatizó la presidenta de la estatal brasileña.
Sin embargo, Foster no respondió al trascendido de que Petrobras habría renunciado a su sociedad con la estatal venezolana, según publicó el diario especializado Valor.
Abreu e Lima está en construcción en la periferia de Recife, en el noreste de Brasil.
Según Valor, la refinería será considerada a partir del 1 de noviembre como una unidad de negocios de Petrobras, poniendo fin a las negociaciones binacionales que comenzaron hace más de seis años entre el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el entonces mandatario venezolano Hugo Chávez, fallecido en marzo.
A la espera del 40% de la participación prometida por Venezuela, Brasil comenzó en 2007 a construir en solitario esta refinería, la primera en construcción en el país en 30 años y que tendrá capacidad para procesar 230 mil barriles diarios de petróleo pesado.
Durante años, Petrobras negoció infructuosamente con PDVSA el pago del apoyo prometido para la refinería, cuyo costo fue revisado al alza varias veces.
Durante una visita de periodistas extranjeros a la refinería en abril, su director, Marcelino Guedes, dijo que la usina comenzaría sus operaciones en noviembre de 2014, al principio con una capacidad de refinación de 115 mil b/d.
En mayo de 2015, la capacidad debería aumentar a un total de 230 mil b/d.